Hablar de habilidades digitales es cada vez más común en el mundo laboral y se ha convertido en uno de los intereses principales para las empresas y también para los trabajadores, sobre todo de cara a los avances de la tecnología que cada día está más inmersa en la vida cotidiana.
Pero ¿Qué son las habilidades digitales?
En palabras simples, son el conjunto de conocimientos que permiten a una persona hacer uso de la tecnología para facilitar sus tareas. En el mundo laboral, son aquellas destrezas que nos permiten integrar los avances tecnológicos a nuestras funciones profesionales.
En la actualidad, las habilidades digitales constituyen un pilar fundamental para el desarrollo corporativo y el bienestar laboral. Con la rápida evolución tecnológica, empleados y empresas se ven en la necesidad de adoptar destrezas digitales para mantener la competitividad y eficiencia en sus ambientes de trabajo.
Las habilidades digitales van desde el uso de una computadora y programas básicos de manejo de textos, hasta herramientas más avanzadas como plataformas de redes sociales, analítica, gestión de proyectos, inteligencia artificial y otros programas especializados de acuerdo a cada profesión. Contar con estas capacidades enriquece el perfil profesional y contribuye significativamente a una mayor eficiencia y productividad.
Existe una gran diversidad de enfoques que plantean cuáles son las habilidades digitales más valoradas por las empresas, y aunque algunas varían según el ramo profesional, hay algunas que son comunes en muchos sectores. Estas son las tres más frecuentes:
- Gestión de Información: se refiere a contar con la capacidad para reunir, organizar, procesar y analizar datos relevantes para sus operaciones y estrategias de una empresa. Esto implica hacer uso eficiente de la información para la toma de decisiones, la optimización de procesos y la respuesta a los retos.
- Comunicación digital: se refiere al intercambio de información a través de tecnologías digitales, los cuales engloban una gran gama de medios, como el correo electrónico, las redes sociales, los blogs, los chats, los podcasts, el contenido multimedia y los sitios web.
- Trabajo en Red: es la capacidad de trabajar en equipo y de manera coordinada en ecosistemas digitales. Es decir, poder participar en tareas y procesos que involucran a más de una persona- cuyo trabajo no necesariamente se realiza de manera presencial- y conseguir que se cumplan los objetivos y se mejore la eficacia y eficiencia de las actividades.
- Liderazgo digital: se refiere a las habilidades y estrategias que un individuo aplica para guiar e influir en otros en un entorno digital. Un líder digital efectivo es aquel que comprende las tecnologías y herramientas digitales, sabe cómo utilizarlas para comunicarse eficazmente y puede inspirar y motivar a su equipo. Además, tiene la capacidad de adaptarse a los cambios tecnológicos y de utilizarlos en beneficio de la empresa.
Aunque estas son algunas de las habilidades digitales más comunes, hay que considerar que los departamentos de Recursos Humanos suelen buscar perfiles con competencias digitales alineadas a las demandas de la empresa.
La adquisición de competencias de este tipo puede venir de la labor diaria, o bien, del uso de recursos como cursos, talleres, videos o lecturas, aunque los libros aún son fuente de conocimiento muy recurrida, los textos electrónicos y los tutoriales en línea son cada vez más populares, gracias al uso de dispositivos electrónicos y plataformas de comunicación actuales.
La autoformación respecto a las habilidades digitales es importante para insertarse en el mundo laboral, sin embargo, el interés personal es tan importante como el de las empresas en lo que se refiere a la capacitación de sus empleados, pues esta es esencial para la eficiencia y la innovación en el trabajo.
La capacitación de los trabajadores representa una herramienta clave en la gestión y la ejecución eficiente de tareas y proyectos laborales, pues esto contribuye a que el personal desarrolle nuevas competencias para mejorar su rendimiento y adaptarse a las exigencias del cambiante entorno laboral.
Contar con programas de formación profesional da los recursos teóricos y prácticos necesarios para desempeñar sus labores, lo cual tiene diversos beneficios como: aumentar los conocimientos de los trabajadores, incrementan el desempeño laboral, favorecer la confianza y la motivación, preparar a los colaboradores para los retos actuales y futuros.
En un mundo donde la tecnología avanza todos los días, es necesario que las empresas estén abiertas a contar con capacitaciones que integren a sus empleados al mundo digital. Estar preparados para los retos y ser flexibles ante el cambio es la mejor manera de incentivar la innovación.