De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), al cuarto trimestre de 2022, en México residían 56 millones de mujeres de 12 años y más. De las cuales, 67% (equivalente a 38 millones) son madres.
La figura de la madre tiene un papel relevante en la cultura mexicana, la cual enaltece el papel de estas mujeres en los hogares y reconoce su importancia en la sociedad, pero también les dota de responsabilidades en el entorno familiar y nutre un estereotipo basado en la fantasía.
En la cultura popular, existen numerosos mitos acerca de la maternidad que pueden generar expectativas no realistas acerca de ella. Desde aquellos que romantizan la idea de ser madre y el proceso de crianza, hasta aquellos que hacen críticas respecto a las actividades, actitudes y decisiones de las mamás y su impacto en la vida de las niñas y niños.
Por esta razón, es cada vez más común que existan espacios destinados a hablar de los distintos tipos de maternidades que existen y romper con la idea fantasiosa de la vida de mamá, así como a visibilizar los diversos factores que interfieren en el proceso de crianza y que muestran que la verdadera experiencia se basa en el aprendizaje diario.
Aquí algunos de los mitos más comunes que retratan mamás de fantasía y su contraste con la realidad:
1. Mito: Una buena madre sabe instintivamente cómo cuidar a su hijo.
Realidad: Muchos especialistas coinciden en que la maternidad no es instintiva y el conocimiento como el cuidado de los hijos no es espontáneo, por el contrario implica aprendizaje continuo. Muchas madres necesitan asesoramiento y experiencia para desarrollar habilidades parentales, por ello son cada vez más comunes los talleres sobre cuidados a recién nacidos o investigaciones sobre cómo apoyar el desarrollo de habilidades en las infancias.
2. Mito: La maternidad es siempre una experiencia feliz.
Realidad: Esta es una de las más comunes y con una carga simbólica importante respecto al concepto de la maternidad e impone la felicidad como el único estado de ánimo aceptable en una madre. Si bien la maternidad puede ser gratificante, también incluye desafíos y momentos de estrés o tristeza, que son reacciones normales ante las dificultades de la crianza, por lo que expresar estos estados de ánimo es deseable para la salud mental de las madres.
3. Mito: Las madres que trabajan perjudican el desarrollo de sus hijos.
Realidad: No existe evidencia que sugiera que los hijos de madres que trabajan tengan efectos negativos en su desarrollo afectivo o académico. Si bien, este mito vincula las horas de trabajo con las horas dedicadas a la crianza, lo realmente importante no es la cantidad de tiempo dedicada a las infancias, sino la calidad de la atención que se brinda a los hijos durante los periodos que pasan juntos.
4. Mito: Las madres siempre deben anteponer las necesidades de sus hijos a las propias.
Realidad: Es verdad que las infancias requieren cuidado y asistencia principalmente durante los primeros años de vida, sin embargo esto no está peleado con el autocuidado de las madres. Por el contrario, poner atención a las necesidades propias es esencial para que una madre pueda cuidar adecuadamente a sus hijos, pues la salud física y mental de una persona cuidadora, como lo es la madre, está directamente relacionada con la calidad de atención que ofrecerán a las personas a su cargo. El bienestar materno es fundamental para el bienestar familiar.
5. Mito: Si una madre no hace todas las tareas del hogar, no eres una buena madre.
Realidad: Esta creencia está vinculada a los roles de género, no obstante, en la actualidad es cada vez más común que tanto hombres como mujeres participen en las labores domésticas. Pero más allá de los roles de género, no existe evidencia que respalde que la perfección en las labores domésticas es determinante en el proceso de maternidad. Además, el desorden es parte de la vida cotidiana, sobre todo cuando hay niños pequeños en casa.
Es importante compartir y difundir una visión equilibrada y realista de la maternidad, que de voz a las verdaderas necesidades y desafíos que enfrentan las madres en su día a día, pues no hay madres ideales o perfectas, sino madres reales cuyas experiencias en la crianza no son lineales y están influidas por distintos factores económicos sociales, económicos y culturales.