Un futuro libre de humo: la gran apuesta para que el cigarrillo sea un asunto del pasado

Hoy existen alternativas para los fumadores probadas científicamente que reducen los riesgos del tabaquismo. Expertos piden contemplarlas en las regulaciones asociadas al consumo de tabaco

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El consumo de cigarrillos es dañino para la salud. Sin embargo comprender el
contexto actual y las diversas alternativas que hoy se aplican a su consumo, para algunos expertos, puede llegar a ser una hoja de ruta.
El consumo de cigarrillos es dañino para la salud. Sin embargo comprender el contexto actual y las diversas alternativas que hoy se aplican a su consumo, para algunos expertos, puede llegar a ser una hoja de ruta.

¿Cuál es el futuro de quienes fuman? La pregunta cobra mayor importancia cuando los datos arrojan que para el 2025, el mundo contará aún con más de mil millones de fumadores.

Las medidas para desincentivar el consumo del tabaco a nivel mundial, según muchos expertos, no han sido suficientes, pues está comprobado que nueve de cada diez fumadores continuarán con el hábito.

En ese sentido, expertos señalan que ni el aumento en el precio, ni las restricciones publicitarias, han funcionado del todo para cumplir los objetivos por reducir la cantidad de consumidores de tabaco establecidos por la Organización Mundial de la Salud. Por eso, para ellos, es crucial tomar un enfoque de reducción de daños, en el que productos alternativos pueden ayudar a que los cigarrillos convencionales sean cosa del pasado.

Un ejemplo de esto es Suecia. En el país nórdico, “una gran proporción de fumadores varones ha cambiado los cigarrillos por el snus sueco, un producto de nicotina de bajo riesgo que se puede adquirir libremente” comentó el doctor Lars Ramstrom, investigador principal del Instituto de Estudios de Tabaco, una agencia de investigación independiente sueca. Ramstrom presentó recientemente un trabajo en el Foro Global de Nicotina celebrado en junio pasado en Polonia y su investigación demuestra que la disponibilidad nacional de snus está claramente asociada con tasas más bajas de mortalidad atribuible al tabaco.

En ese sentido, varios han sido los expertos en anunciar que para lograr una genuina reducción del riesgo, es necesario poner sobre la mesa la adopción de productos libres de combustión y científicamente probados, como dispositivos de tabaco calentado.

El debate sobre el derecho a la reducción del daño

En la misma línea de pensamiento de Ramstrom están expertos como Gerry Stimson, profesor emérito del Imperial College de Londres, quien indicó que “necesitamos desesperadamente una narrativa analítica a la visión dominante sobre el control del tabaco, la cual actualmente se enfoca en que los derechos humanos solo pueden girar a proteger contra el tabaco. Este punto ciego está costando millones de vidas cada año (...) Los que estamos involucrados en la reducción de daños necesitamos construir alianzas con aquellos que trabajan en derechos humanos, explorar los desafíos bajo la legislación internacional, regional y nacional y establecer la reducción de daños al tabaco como fundamental para el derecho a la salud”, dijo.

En ese sentido, cuando para algunos expertos hoy existe evidencia de los efectos de estas alternativas, contemplarlos como el paso definitivo para lograr apuntar a un mundo sin cigarrillos, es un esfuerzo que no hay que descartar.

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