Así es como la ‘reducción del riesgo’ se aplica en el consumo de tabaco

Cinturones de seguridad, airbags y cascos protegen contra accidentes. Las energías verdes están en auge pues ayudan a preservar el ambiente. Estas innovaciones que mitigan los riesgos y reducen los daños, hoy también se aplican al consumo de tabaco y nicotina

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Desde los medios de trasporte
Desde los medios de trasporte alternativos, hasta las energías verdes, son formas comunes para la redcción del daño. Aplicarlas en nuestra vida cotidiana ayuda a salvaguardar el medio ambiente.

A diario las personas se exponen a riesgos de los que no son conscientes por ser acciones cotidianas y necesarias. Usar un automóvil o una bicicleta para movilizarse por las calles de una ciudad atestada de tránsito y peligros, son apenas un par de ejemplos.

En este ejercicio de prevención, la tecnología y los avances científicos hacen que estas actividades sean menos riesgosas. Desde el cinturón de seguridad y los airbags, hasta los cascos para protegerse al momento de montar en bicicleta y motocicleta, permiten mitigar los riesgos a los que muchas personas se enfrentan cotidianamente.

Del mismo modo, cada vez más, la conciencia por reducir los riesgos de daño al medioambiente aumenta. Las energías verdes en general, aplicadas a distintos procesos, caminan en este sentido y de nuevo, los avances tecnológicos, la investigación y desarrollo de nuevas soluciones se suman a los esfuerzos individuales y pequeñas acciones que ayudan a reducir el riesgo ambiental.

La sumatoria de decisiones enfocadas
La sumatoria de decisiones enfocadas para la reducción del daño a través de alternativas en donde los estudios científicos y la tecnología trabajen en conjunto, puede traer consecuencias positivas para las personas y las sociedades a nivel mundial.

¿Qué sucede con el consumo de nicotina?

De la misma manera, el principio de reducción de daños puede aplicarse para mitigar los riesgos a través de mejores alternativas al cigarrillo convencional que estén científicamente validadas.

Los avances tecnológicos y la ciencia han permitido que existan en el mercado productos alternativos como dispositivos, los cuales, en lugar de quemar tabaco, controlan la temperatura con precisión para que no haya combustión y, por lo tanto, no se genere humo. “Nuestra nueva revisión refuerza el hallazgo de que vapear es una fracción del riesgo de fumar, al menos un 95 % menos dañino y de riesgo insignificante para el fumador pasivo” afirma Public Health England.

Esto plantea un gran desafío pues la OMS establece que para el 2025, todavía habrá aproximadamente mil millones de fumadores en el mundo. Si bien lo mejor que puede hacer un fumador es dejar los cigarrillos y la nicotina por completo, si la decisión es seguir con el hábito, buscar alternativas que eliminen la combustión es, definitivamente, una opción.

“Para permitirles a los fumadores adultos que de otra forma seguirán fumando tomar una mejor decisión es necesario, por un lado, que cuenten con información precisa sobre las alternativas que existen para ellos que representen un menor riesgo de daño. También es necesario que cuenten con un abanico de alternativas que se ajusten a sus preferencias y que, a la hora de regular, los gobiernos tengan en cuenta la evidencia científica disponible” explican los expertos de Philip Morris International.

En ese sentido, para reducir los daños en relación con el consumo de tabaco, también será posible, gracias al liderazgo de las autoridades, las empresas y el apoyo de la sociedad civil, lograr el trabajo conjunto que, en última instancia, permitirá que los cigarrillos sean un asunto del pasado.

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