La piel es el órgano más grande del cuerpo. Nos protege de factores externos como las bacterias, los rayos ultravioleta y la contaminación. Hacer que esta luzca bien no es el único reto. Cuidarla debidamente, a través de una vida saludable y con productos idóneos es clave.
En ese sentido, la siguiente trivia permitirá conocer cómo es una rutina de cuidados apropiada. Después de obtener respuesta, no estará demás recibir algunos consejos de expertos para mejorar la prevención o en su defecto, empezar a revertir el daño ocasionado.
Antes de comenzar con las recomendaciones cabe subrayar que la piel es fundamental para la salud general de todo ser humano, sin importar su edad o género.
La piel se conforma de varias capas como la hipodermis, dermis y epidermis. Esta última es conocida como “la barrera de la piel” pues es la única que es externa, visible y además es la más gruesa. De hecho, en algunas zonas del cuerpo puede tener entre 0.44 mm y hasta 1.4 mm.
La epidermis es la primera defensa contra factores externos como los rayos UVA y UVB, el clima, la contaminación, los productos químicos o de limpieza e incluso enfermedades causadas por bacterias y virus. Partiendo de ello y de la necesidad de mantenerla saludable, es que existen productos en el mercado que han sido diseñados para protegerla.
Expertos de Lubriderm, marca con más de 30 años de experiencia en el cuidado de la piel, si bien sugieren que el cuidado empieza de adentro hacia afuera, bebiendo suficiente agua, dejando a un lado hábitos como fumar y alimentándose balanceadamente, también indican que cuidar la piel de afuera para adentro resulta clave a la hora de comenzar a ver una piel radiante y lozana.
Así mismo, señalan, que cuando este órgano está sano, controla la pérdida de agua, previene la resequedad y el rompimiento cutáneo, y protege al cuerpo de factores externos. Pero cuando la piel está reseca y los cuidados son pocos, no hay protección contra el sol y se omite el uso de productos que puedan protegerla, pierde progresivamente humedad y como consecuencia la resequedad, las líneas de expresión, la picazón e incluso algunas enfermedades o infecciones pueden manifestarse.
En ese sentido, lo más importante para las pieles más resecas es repararlas intensivamente con una crema que las restaure profundamente o con cremas humectantes que tengan factores de protección solar mayores o iguales a FPS30, es decir, que cuenten con fotoprotectores que permitan aumentar la capacidad de defensa natural contra los rayos UVB.
Así mismo, llevar una rutina adecuada de desmaquillaje, en la que se empleen los productos idóneos de acuerdo al tipo de piel, sumado a la aplicación de productos que suminitren el “alimento” que requiere –como la vitamina B5 que que contribuye tanto a la hidratación como a la regeneración– y que a la vez aporten la humectación idónea para lograr suavizarla, no solo permitirán lograr una piel tersa sino a la vez radiante.
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