Tras un año de encierro y otro de estrictas precauciones; y gracias al avance de la vacunación y la reactivación económica, los colombianos comienzan a demostrar un deseo incesante de salir de casa y explorar lo que el país, considerado uno de los más biodiversos del mundo, tiene para ofrecer cuando de aventura se trata.
Curiosamente, el nuevo aventurero está emprendiendo sus viajes mientras toman las riendas de sus destinos, saliendo de las terminales de buses y aeropuertos, e inclinándose cada vez más por vehículos personales que les permitan disfrutar la ruta a su gusto, mientras se entregan a aventuras memorables.
Por eso toman fuerza las motocicletas que, según la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (Andemos), experimentan una bonanza notable: sólo en septiembre se comercializaron 76.672, un 25,1 % más que en el mismo periodo del año pasado; mientras que en lo corrido del 2021 se habla de 537.839 unidades, lo que representa un aumento del 50,2 % frente a los primeros 9 meses de 2020.
En línea con todo lo anterior, cabe destacar que entre las favoritas de los colombianos, según el informe de esa agremiación, se encuentra Suzuki, que por estos días viene tomándose el mercado nacional con la DR150, un modelo doble propósito con identidad de enduro, bajo cilindraje y alta adaptabilidad, perfecta para travesías, sean relajadas o exigentes.
Queda entonces la pregunta. ¿A dónde ir con una moto en Colombia? A continuación 5 opciones perfectas para cada gusto:
Bogotá – Guatavita
Una ruta corta y bastante tradicional, perfecta para un día de fin de semana, o varios, dependiendo de la motivación. El recorrido de 72 km se hace en una hora y 20 minutos casi en su totalidad por la vía que lleva de Bogotá a Tunja, con un único desvío en la que conecta a Sesquilé con Guatavita.
Ya allí, están los terrenos de elección del piloto, sea que vaya hacia el embalse de Tominé, donde puede encontrar sendas opciones de glamping y camping o porque prefiera llegar a la ruta que lleva al trekking hacia la laguna de Guatavita, corazón de la civilización Muisca y cuna de la leyenda de El Dorado.
Medellín – Guatapé
La opción que más fuerza toma fuera de la capital colombiana: muchas más curvas para aquellos que buscan un reto relativamente mayor. El mismo se finaliza tras 2 horas y 83 km de recorrido entre montañas, bosques, manantiales y otros pueblos interesantes como Marinilla y El Peñol.
A la llegada hay dos opciones: ir hasta el pueblo, reconocido por sus calles coloridas, adornadas por zócalos del tamaño de lienzos y que cuentan la historia del pueblo o la profesión de quienes habitan el hogar; o subir los 702 escalones hasta la cima de la piedra del Peñol para disfrutar de una de las panorámicas más bellas de Colombia.
Cali – Calima
El viaje ideal para los amantes de los deportes acuáticos. Aparte de tener su propia zona de camping y hasta un sendero ecológico, este embalse es conocido por ser la locación predilecta para aprender o practicar Kitesurf, canotaje o jetski. Para los más tranquilos está la opción del paseo en lancha y en ferri, saliendo desde el Muelle No. 5.
Para llegar, es necesario tomar la vía Tuluá – Cali hasta Mediacanoa. Desde allí se toma la carretera Loboguerrero – Buga. Dependiendo del sector al que se dirija, podrá seguir por ese último corredor o tomar el de la vereda Calimata, con destino hacia El Darién, que es un poco más exigente. El viaje tendrá, en promedio, una duración de 2 horas, 100 km y la compañía de esa misma brisa que sustenta y emociona en los deportes acuáticos del lago.
Bogotá – Villavieja
Un recorrido de 280 km de extensión, que se puede hacer en seis horas a buen ritmo, tomando la Autopista Sur hasta salir a la carretera Bogotá – Girardot y de allí la que conecta a Neiva con el Espinal. En el proceso, cruzará tres departamentos colombianos (Cundinamarca, Tolima y Huila), siguiendo de cerca el curso del río Magdalena.
Valga señalar que, aunque le tomará más tiempo, también puede decidirse por salir de la vía nacional hacia Villavieja, a la altura de Guayabal, para disfrutar de un terreno destapado más retador mientras atraviesa la zona del Valle de los Deseos y observa un atardecer sin contaminación y lleno de estrellas. Este sirve de antesala al desierto de la Tatacoa: una masa de grises y rojos, llenos de estoraques, fantasmas e historias de la prehistoria colombiana. Recorra este último a pie, en bicicleta o en tu motocicleta.
Bogotá – Punta Gallinas
¿Cada cuanto se tiene la oportunidad de atravesar medio país y llegar hasta el extremo más boreal? Es una travesía larga, con muchas opciones y que requiere de toda la entrega, paciencia y sentido aventurero que se pueda dar. A fin de cuentas, podrá observar de primera mano y sin ventanas de por medio las mejores postales que Colombia puede ofrecer, e incluso hacer algunos amigos en el camino.
Dicho esto, el camino más eficiente es la que sale por la vía a La Vega para tomar la Ruta del Sol hasta la carretera 45 y de ahí la 49 a la altura de Agustín Codazzi. Al llegar a Distracción se toma la Carretera 88 hasta Uribía.
En el proceso, habrá pasado por Cundinamarca, Caldas, Antioquia, Santander, Cesar y, por su puesto, La Guajira. También habrá bajado de 2.600 a 0 metros sobre el nivel del mar y habrá recorrido la mayoría de ecosistemas del país, desde el frío de la cordillera y la sabana, pasando por el temple de los valles, hasta la brisa del océano y el calor del desierto. Atrás quedan 23 horas y 1.200 km de experiencias.