Abdalá Bucaram, presidente de Ecuador por seis meses, entre el 10 de agosto de 1996 y el 6 de febrero de 1997, será recordado por haberse tumbado a sí mismo y por haber tumbado a otro presidente en 2005, ocho años después. Esta es la historia.
Abdalá Jaime Bucaram Ortiz, nacido en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, el 4 de febrero de 1952, es el político fundador del Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), hijo del inmigrante libanés Jacobo Bucaram Elmhalin y sobrino de Assad Bucaram Elmhalin, fundador, junto a Carlos Guevara Moreno, de la Concentración de Fuerzas Populares (CFP), el partido que se coaligó a la Democracia Popular (DP) para impulsar a la presidencia a Jaime Roldós, el primer presidente desde el retorno a la democracia en 1978. Roldós falleció en 1980 en un accidente aéreo, junto a su esposa Martha Bucaram, hermana de Abdalá. Sobre la tragedia de los esposos Roldós Bucaram se fundó el PRE, heredero de la tradición de izquierda populista dejada por el CFP.
Con el apoyo del PRE, Bucaram ganó las elecciones municipales de Guayaquil y se convirtió en alcalde de la ciudad portuaria el 29 de enero de 1984. Poco después, en noviembre del mismo año, fue condenado a cuatro días de prisión por injuriar a las Fuerzas Armadas del Ecuador. A causa de esa condena, decidió autoexiliarse en Panamá.
En 1987 el Congreso Nacional, de mayoría socialdemócrata opositora al presidente León Febres Cordero, le otorgó amnistía para que volviera e incidiera en las elecciones presidenciales de 1988. Bucaram volvió al Ecuador en 1987, se postuló a la presidencia y llegó al balotaje, pero fue derrotado por Rodrigo Borja, líder de la Izquierda Democrática, el partido que impulsó su amnistía. Bucaram tuvo que buscar asilo nuevamente en Panamá en 1988 al tener una orden de arresto que se había reactivado tras las elecciones.
En 1990, durante la presidencia de Rodrigo Borja, el opositor bloque roldosista impulsó la amnistía a Bucaram en el Congreso Nacional. El debate legislativo provocó una violenta pelea entre los legisladores roldosistas y otros, dejando heridos a Jamil Mahuad, Vladimiro Álvarez y Alberto Dahik que recibieron en sus cejas y boca el golpe de un cenicero lanzado por la precisa puntería del legislador Líder Bello Padilla, representante de la provincia de Loja por el PRE.
La amnistía a Bucaram no prosperó, pero pudo regresar al país en 1990 al ser sobreseído por las cortes de justicia dominadas por el socialcristianismo. En 1992 se postuló nuevamente a la presidencia y alcanzó un sorprendente tercer lugar, a 3 puntos del segundo finalista. La disputa de ese año enfrentó, por primera y única vez, a dos socialcristianos: Sixto Durán Ballén y Jaime Nebot. Bucaram obtuvo el 22% de los votos válidos.
Esta vez Bucaram pudo quedarse y desplegar una ingeniosa campaña política en contra de los partidos políticos dominantes, las élites económicas, la banca y los medios de comunicación. Los socialcristianos creyeron equivocadamente que el sobreseimiento a Bucaram les beneficiaba, que un populista en la carrera presidencial conseguiría dividir los votos de la izquierda y que pavimentaría el ascenso a la presidencia de Jaime Nebot, el delfín de León Febres Cordero, presidente de Ecuador entre 1984 y 1988. Pero estaban muy equivocados.
Bucaram recorrió todo el país con un discurso de fractura entre buenos y malos que enfrentaba a los ricos contra los pobres y a la patria contra la antipatria. Habló de constituyente y del reconocimiento a las nacionalidades indígenas por la vía de la reforma constituyente. Todo eso era demagogia para los socialcristianos que apuntaron a la reforma económica y nada más. Fue entonces cuando el populista dio la sorpresa y se metió en el balotaje en el segundo lugar, a un punto del primero, y con el 26% de los votos válidos, dejando atrás al socialdemócrata e indigenista, Freddy Elhers, un conocido conductor de televisión, que consiguió el 21% de los votos válidos.
Con los resultados, Nebot tal vez se sintió ganador e incluso fue de vacaciones a Madrid, mientras Bucaram al día siguiente continuó con sus recorridos. A los roldosistas les costó poco conseguir el apoyo de toda la izquierda socialista, socialdemócrata y democristiana, para alzarse con el triunfo un 7 de julio de 1996, el 55% de los votos válidos y a una distancia de 10 puntos de Nebot quien, decepcionado, prometió “hacer con Guayaquil lo que el país le negó hacer con Ecuador”.
Bucaram hizo una pésima presidencia en términos formales, aunque inauguró un estilo de hacer política que luego imitarían otros presidentes. Tras 113 días de espera anunció su agenda económica, fue acusado de contratar con sobreprecios la entrega gratuita de útiles escolares y de desayunos infantiles además de que usó irregularmente los fondos reservados de la presidencia. Mientras fue presidente del Ecuador también se desempeñó como presidente del Barcelona de Guayaquil, el equipo de fútbol más popular del Ecuador, y prometió traer a Diego Armado Maradona para que juegue en el equipo. Fue acusado de corrupción, malversación de fondos públicos y de nepotismo.
El 6 de febrero de 1997, una mayoría liderada por el Partido Social Cristiano, en integrada además por la Democracia Popular, la Izquierda Democrática, el Movimiento Popular Democrático y otros, que sumaban 44 de 82 votos posibles, declararon vacante el puesto del presidente por incapacidad mental, causal establecida en la Constitución del Ecuador. Debido a los juicios en su contra, Bucaram solicitó asilo político al gobierno panameño.
En 2002, el edecán de Abdalá Bucaram se convirtió en presidente. Lucio Gutiérrez ascendió a la primera magistratura ecuatoriana tras liderar en 2000 el golpe de estado militar al presidente Jamil Mahuad, artífice de la dolarización en Ecuador.
Gutiérrez pactó con los socialcristianos que se habían coaligado con la Izquierda Democrática y el indigenista Movimiento Pachakutik para conseguir la presidencia legislativa. Pero de nada le sirvió porque los socialcristianos pusieron tras las cuerdas a Gutierrez.
En 2004, el presidente Lucio Gutiérrez enfrentó un trámite legislativo para destituirlo. Buscando evitar este procedimiento, Gutiérrez pactó con Bucaram para utilizar los votos roldosistas del PRE y de otros partidos afines como el del magnate bananero Álvaro Noboa, antiguo presidenciable del PRE. Así se destituyó a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y se anularon todos los juicios contra Bucaram el 1 de abril de 2005. Ese mismo día, Bucaram llegó en helicóptero a la ciudad de Guayaquil y avanzó en una camioneta a una tribuna en donde se había organizado un mitin.
Durante su primera concentración política, después de ocho años de ausencia, aseguró que iniciaría la revolución bolivariana en Ecuador, que imitaría el modelo del presidente venezolano Hugo Chávez y que convocaría a una Asamblea Nacional Constituyente.
La gente se enfureció en las calles de Quito y obligó a Gutiérrez a que anulara la decisión, destituyera a los magistrados y restituyera los juicios en contra de Abdalá Bucaram. El presidente Gutiérrez intentó rectificar la situación, pero ya era tarde y poco después fue destituido por la misma mayoría que impulsó el juicio político en su contra.
Bucaram perdió inmediatamente la protección y tuvo que abandonar el país, nuevamente con rumbo a Panamá, a un cuarto y último exilio que se prolongaría hasta 2017.
Se cree que Bucaram abandonó el país por tierra, atravesó la frontera por Huaquillas con dirección a la ciudad peruana de Piura y desde allí tomó un vuelo de conexión a Bogotá cuyo destino final fue Panamá. Todo esto sucedió mientras se desplegaba un intenso operativo de búsqueda policial por todo el país.
En abril del 2017, durante el gobierno de Rafael Correa, la Corte Nacional de Justicia declaró la prescripción de los dos juicios de peculado que afrontaba Bucaram, al haber transcurrido el tiempo máximo de la pena de 20 años, siendo anulada también la orden de captura que pesaba en su contra.
El 15 de junio del año 2017, Abdala Bucaram llegó a la ciudad de Guayaquil en un vuelo privado, y dos días después protagonizó un mitin de bienvenida en el suburbio de Guayaquil. Allí agradeció al sucesor de Correa, el electo presidente Lenín Moreno.
Para la historia, Bucaram nunca se fue. Su legado de incorrección se quedó en el espíritu de quienes apostaron por dividir a la sociedad entre buenos y malos, que convocaron a una constituyente y que esta vez sí instalaron la revolución bolivariana en Ecuador. Bucaram se quedó en quienes lo plagiaron, en quienes lo indultaron y en quienes gobernaron por casi tres lustros en Ecuador, desde Rafael Correa hasta Lenín Moreno.
Abdalá Bucaram se tumbó a sí mismo y tumbó a Lucio Gutiérrez, pero pronto será presentando en los libros como el padre del socialismo del siglo XXI y de la revolución ciudadana en Ecuador.
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