Alfaro Vive Carajo (AVC) fue una organización de estructura militar, subversiva y guerrillera ecuatoriana que existió entre 1983 y 1991. Estuvo influida por el Movimiento 19 de Abril de Colombia (M-19) y el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Nicaragua. Se formó originalmente en la década de 1970, pero no tuvo actividad militar hasta los primeros años de la siguiente década. En 1986 integró el Batallón Americano, una extinta coordinadora regional de movimientos guerrilleros integrada por el M-19, el Movimiento Armado Quintín Lame de Colombia y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru de Perú.
Aunque estuvo compuesto por estudiantes universitarios de clase media, AVC adscribía ideológicamente al guevarismo, al sandinismo y a los conceptos que abogan por el cambio social radical de las condiciones de vida de los trabajadores a través de la lucha armada y de la revolución violenta. Por su experiencia en la revolución cubana, el Che Guevara aseguró que no se debe esperar a que se den todas las condiciones para que se produzca una revolución, y que, por el contrario, un pequeño foco de insurrección iniciaría la guerra de guerrillas, el levantamiento de las masas y el derrocamiento del gobierno. Esto es lo que se denominó foquismo.
AVC llamó la atención nacional por primera vez en 1983 cuando irrumpió en un museo de Guayaquil y robó dos espadas utilizadas durante la Revolución Liberal, una de Pedro Jacinto Montero, autoproclamado jefe supremo de Guayaquil, y la otra del expresidente Eloy Alfaro. Casi 30 años después, en 2012, Edgar Frías y Rosa Mireya Cárdenas, exguerrilleros de AVC, entregaron las espadas sustraídas del Museo Municipal de Guayaquil al expresidente Rafael Correa por su afinidad ideológica.
Los líderes de AVC se inspiraron en los acontecimientos revolucionarios de Cuba, Libia, Congo y Nicaragua e imitaron las acciones insurgentes de otras organizaciones existentes en la época como los colombianos Ejército de Liberación Nacional o el Ejército Popular de Liberación.
Entre 1986 y 1987, AVC ejecutó una serie de secuestros, asaltos bancarios, fabriles y la intrusión a la Embajada Británica en Quito, así como a varias estaciones de radio para publicar sus manifiestos. También mató a cuatro policías mientras recuperaba a unos de sus miembros. Un secuestro notable fue el de Nahim Isaías Barquet, gerente general de Filanbanco en septiembre de 1985, quien murió mientras era rescatado por las Fuerzas Especiales del Ejército Ecuatoriano. El presidente León Febres-Cordero dirigió el operativo personalmente.
Durante la operación de rescate murió el líder del grupo guerrillero, Arturo Jarrín, en un tiroteo con la policía en octubre de 1986. Los hechos todavía se esconden bajo un velo de opacidad. Tras la muerte de Jarrín, el grupo subversivo se disolvió.
En el libro “Democracia y militares: crisis y arbitraje: de Roldós a Palacio” de Alberto Molina Flores, publicado en 2005, se resume el testimonio del presidente Febres-Cordero sobre este asunto: “Me tocó enfrentar la desgracia del terrorismo, no se olvide que algunos ecuatorianos fueron secuestrados, algunos ecuatorianos murieron y que se mató por la espalda a casi trescientos policías. Para ellos no había derechos humanos. Cuando en la lucha armada entre las fuerzas del orden y la guerrilla, caía un guerrillero el escándalo era total, se habían violado los derechos humanos, pero cuando caía un policía ahí no pasaba nada. Pero me tocó ese difícil momento y lo enfrenté con la constitución y la ley en la mano. Fueron duros momentos, pero se salvó al país de ese cáncer”.
En 1989, durante la presidencia del socialdemócrata Rodrigo Borja, el gobierno ecuatoriano y AVC acordaron el abandono de la lucha armada y el renunciamiento de las prácticas violentas para restituir la paz en Ecuador. En 1991, la organización guerrillera se transformó en partido político y en 2014 se refundó como Movimiento Político Alfaro Vive Carajo, de corte marxista-leninista, creado para apoyar al gobierno de Rafael Correa, junto al Partido Comunista de Ecuador. Rosa Mireya Cárdenas es la presidenta del partido.
El saldo de las actividades de AVC entre 1983 y 1988 fue de 22 guerrilleros muertos, entre miembros de AVC y del M-19, 14 policías asesinados y más de 20 civiles heridos, además de la muerte del banquero Nahim Isaías Barquet.
El historiador marxista de origen venezolano Germán Carrera Damas, en su libro “El bolivarianismo-militarismo, una ideología de reemplazo”, publicado en 2017, asegura que la guerrilla AVC responde a un principio de imitación de las acciones del M19 que en 1974 ya había robado la espada de Simón Bolívar. El M-19 también protagonizó un robo de armas en 1979, la Toma de la Embajada de la República Dominicana en 1980, el hundimiento del barco El Karina, el secuestro al avión de Aeropesca y el secuestro de Martha Nieves Ochoa en 1981, la Batalla de Yarumales en 1984, y la Toma del Palacio de Justicia en 1985 que dejó como saldo 101 muertes.
La combinación de guerrillas, espadas, caudillos y símbolos es el sello que ha marcado la política desde la fundación de las repúblicas bolivarianas. El fenómeno AVC, extirpado abruptamente, forma parte de un cuño desarrollado regionalmente por un marco de circunstancias con sus propias consecuencias. El robo de la espada del Alfaro, que emula al robo de la espada de Bolívar, y otros eventos dantescos, así como los posteriores usos de ambos emblemas armamentísticos son hitos que muestran en qué se inspiran las ideologías que dan sustento a las practicas violentistas de antes y de ahora en la región andina.
Hugo Chávez usó otra espada de Bolívar para distintos actos ceremoniales en el Panteón Nacional de Venezuela, en donde reposan los restos mortales de Bolívar. Carrera Damas denomina a este fenómeno de trasposición como ideología de reemplazo porque en Colombia, Venezuela o Ecuador, los jóvenes necesitan venerar figuras, aunque no se expresen en ideas o finalidades. Por ejemplo, en Ecuador, dice el historiador “en la figura de Alfaro los jóvenes revolucionarios ecuatorianos valoran las actitudes y los hechos, y no las ideas, pues no parece posible hablar de un ideario alfarista”.
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