La desaparición de los neandertales y la llegada de Homo sapiens a Europa es uno de los momentos más interesantes para los que estudiamos el Paleolítico. Intentando explicar el proceso, los investigadores han planteado muchas hipótesis diferentes. Además, el debate se intensifica con cada nuevo descubrimiento publicado.
Este momento de la Prehistoria se conoce como la Transición del Paleolítico medio al superior. Tuvo lugar gradualmente entre hace 48 000 y 38 000 años, y sucedió desde Oriente Próximo hasta la Península Ibérica.
Entender cómo fue el contacto entre neandertales y sapiens trasciende del mundo académico, y ha llegado a la sociedad a través de películas, novelas y numerosas obras de divulgación.
¿Por qué despierta tanto interés?
El interés que despierta este momento y la incertidumbre que lo rodea se debe a una serie de problemáticas que forman una especie de tormenta perfecta.
En primer lugar, en algunos yacimientos aparecen nuevas formas de hacer herramientas de piedra, son las llamadas Industrias de Transición.
Estas no son como las que los neandertales llevaban haciendo más de 100 000 años, pero tampoco como las que Homo sapiens realizará posteriormente. Los pocos restos humanos encontrados sugieren que fueron obra de los neandertales, pero todavía se sigue debatiendo sobre que especie las realizó.
En segundo lugar, los datos genéticos dibujan un escenario complejo.
Hace 10 o 15 años muchos investigadores creían que el contacto entre neandertales y sapiens no fue muy intenso. Así, la desaparición de los neandertales podía deberse sólo a dinámicas internas o relacionadas de forma indirecta con la llegada de Homo sapiens.
En la actualidad, sabemos que ambas especies convivieron e interactuaron en algunas zonas. No solo eso, sino que se hibridaron produciendo descendencia fértil. Hoy en día nuestro genoma contiene entre un 1 % y un 4 % de herencia genética neandertal.
Finalmente, un proceso de 10 000 años puede parecer una eternidad, pero a escala natural no es más que un rápido pestañeo. Especialmente si coincide con los límites del método de datación por Carbono 14.
Para hacernos una idea, si se quiere saber la edad de huesos o carbones de hace 7 000 años, el margen de error de las dataciones puede ser de unos 60 años. Sin embargo, cuando nos vamos a eventos ocurridos hace más de 35 000 años este margen puede superar los 1 500 o 2 000.
En definitiva, el paso del Paleolítico medio al superior tiene lugar en un escenario en el que:
1. Pudieron coexistir grupos de neandertales, de humanos modernos y poblaciones mixtas o híbridas, con la complejidad cultural que esto puede generar,
aparecen unas innovaciones tecnológicas que no tenemos claro quién ha realizado ni qué significan y,
2. la precisión del carbono 14 nos da una idea general del proceso, pero no podemos ordenarlo con el detalle que nos gustaría.
3. El resultado final, sin embargo, ya lo conocemos. Los neandertales desaparecen como especie, y en Europa las poblaciones de Homo sapiens dan inicio al Paleolítico superior.
Los neandertales y la Península Ibérica
Durante esa transición, la Península Ibérica tiene algunas peculiaridades que la diferencian de otros lugares. Al fin y al cabo, es el extremo más meridional y occidental del continente.
Hasta ahora, las industrias de Transición únicamente se habían encontrado en puntos aislados de la Cornisa Cantábrica y Pirineos, como el yacimiento de Aranbaltza (Vizcaya). Un territorio parecido al de las presencias más antiguas de Homo sapiens. Su localización más al sur puede ser el Abric Romaní (Barcelona).
De esta forma se ha planteado un modelo de poblamiento dual. Los primeros sapiens frenaban su expansión en la zona norte mientras que los últimos neandertales pudieron seguir viviendo durante algunos milenios más en el centro y sur.
La importancia de Cova Foradada
Cova Foradada es un yacimiento situado en una pequeña cueva de Calafell, en la provincia de Tarragona.
Las excavaciones de la Universidad de Barcelona empezaron en el año 1997. Unos niños encontraron casualmente dos cráneos humanos mientras jugaban en la cueva. Estos hallazgos eran de una época más reciente, de hace unos 4 000 años, pero permitieron conocer el yacimiento que ha proporcionado las evidencias más meridionales de la Transición Paleolítico medio – superior.
Los niveles antiguos de la cueva están datados entre 41 000 y 38 000 años. Durante este tiempo era utilizada por los carnívoros como refugio y lugar de cría. Existen restos de hienas, leones, leopardos, osos, grandes aves rapaces, pero sobre todo linces, muchos linces.
Los grupos humanos que se movían por el territorio también la utilizaron ocasionalmente. Acudían durante las partidas de caza, y permanecían durante una o dos noches mientras reparaban o sustituían sus herramientas.
Esas pequeñas ocupaciones dejaron tras de sí las puntas y cuchillos de sílex que demuestran que hace 41 000 años las industrias de Transición habían penetrado en la Península mucho más de lo que se creía. Que avanzaron más allá de la Cornisa Cantábrica y los Pirineos, llegando hasta la costa mediterránea.
De momento, Cova Foradada es el punto de máxima expansión de esta posible interacción neandertales y sapiens. Por su posición en el mapa es un yacimiento clave, una bisagra entre el norte y sur peninsular. Es el hilo del que hay tirar para buscar nuevos yacimientos en nuevos territorios.
El objetivo final es conocer si la Península fue realmente el lugar donde los neandertales encontraron su último refugio, o si, por el contrario, la llegada de Homo sapiens propició su desaparición al mismo tiempo que en el resto de Europa.
Juan Ignacio Morales
Investigador Juan de la Cierva de la Sección de Prehistoria, Universitat de Barcelona