El Ejército de Etiopía y sus fuerzas aliadas han arrebatado por segunda vez a los rebeldes de la norteña región de Tigré la ciudad de Lalibela, famosa por sus iglesias excavadas en roca y declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, informó hoy a Efe el Gobierno etíope.
El portavoz del Ejecutivo de Adís Abebba, Legesse Tulu, declaró que Lalibela, en la región de Amhara, colindante con Tigré, fue liberada del control de las fuerzas del Frente Popular de Liberación de Tigré (FPLT) este domingo.
”Lalibela está ahora liberada. La ciudad está bajo el control de nuestras fuerzas”, aseguró a Efe Legesse.
La urbe, que estuvo desde agosto pasado en manos de los rebeldes, cayó bajo dominio de las tropas gubernamentales a finales de este noviembre, aunque había vuelto a colocarse bajo control insurgente hacía algo más de una semana.
Tras la reconquista de Lalibela -a unos 680 kilómetros de Adís Abeba) y la cercana ciudad de Gashena, el viceprimer ministro y titular de Asuntos Exteriores de Etiopía, Demeke Mekonnen, visitó este domingo las iglesias que son Patrimonio de la Humanidad desde 1978.
”Les tengo un gran respeto por preservar la herencia religiosa de Lalibela, el destino turístico del mundo”, dijo el viceprimer a los sacerdotes de los templos, en declaraciones emitidas este lunes por los medios estatales.
”El Gobierno trabajará duro para asegurar que las celebraciones religiosas navideñas que se oficiarán en este sitio histórico en las próximas semanas sean tan brillantes como siempre”, agregó Demeke, después de que el Gobierno anunciase el pasado sábado haber recuperado el control de otras ciudades en Amhara.
Ante estos retrocesos que se vienen produciendo en las últimas semanas, el FPLT sostiene que sus fuerzas se han retirado deliberadamente de las regiones de Afar y Amhara.
El líder de los rebeldes, Debretsion Gebremicheal, envió este domingo una carta al secretario general de la ONU, António Guterres, en la que aseguraba que ordenó a sus fuerzas retirarse de Afar y Amhara como esfuerzo para resolver el conflicto por medios pacíficos.
”He ordenado a las unidades del Ejército de Tigré que están fuera de las fronteras de Tigré que se retiren a la frontera de Tigré con efecto inmediato”, afirmó Debretsion, en unas declaraciones que no dejan claro si se trata de un repliegue voluntario o forzado por el avance de las tropas leales al Gobierno central.
Esta retirada, no obstantes, es una de las condiciones que exige el Ejecutivo etíope para poder entablar un diálogo con los rebeldes.
La guerra estalló el 4 de noviembre de 2020, cuando el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, ordenó un ataque contra el FPLT, partido gobernante hasta entonces en Tigré, en represalia por un ataque a una base militar federal y tras una escalada de tensiones políticas.
Desde finales de octubre de este año, el FPLT consiguió avanzar sus posiciones hacia el sur y amagó con la posibilidad de marchar sobre Adís Abeba, que también es sede de la Unión Africana.
El temor a que los rebeldes pudiesen atacar la capital de Etiopía -segundo país más poblado de África y un importante aliado de Occidente en la región- impulsó los esfuerzos diplomáticos de la comunidad internacional para conseguir una solución negociada.
Según la ONU, miles de personas han muerto y unos dos millones han tenido que abandonar sus hogares en Tigré debido al conflicto.
(con información de EFE)
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