La tormenta tropical Henri tocó tierra este domingo en la costa este de Estados Unidos, informó el servicio meteorológico, mientras fuertes vientos y lluvias hacían que millones de personas en Nueva Inglaterra y Nueva York se prepararan para inundaciones y cortes de electricidad.
Henri, que se degradó de huracán cateogría 1 a tormenta tropical, llegó a suelo estadounidense cerca de la ciudad de Westerly a las 12H15 locales (16H15 GMT), indicó en twitter el National Weather Service (servicio meteorológico).
Por su parte, el Centro Nacional de Huracanes estadounidense (NHC) dijo en su boletín de las 15H00 GMT que Henri registraba vientos máximos sostenidos de 95 Km/h.
Los meteorólogos advirtieron que habrá fuertes lluvias y riesgo de marejada.
“Todavía hay mucho de qué preocuparse. No estamos fuera de peligro”, dijo el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, a periodistas el domingo por la mañana.
A medida que la capa superficial de los océanos se calienta debido al cambio climático, los ciclones se vuelven más potentes y arrastran más agua, lo que supone una amenaza cada vez mayor para las comunidades costeras del mundo, según los científicos.
Las mareas ciclónicas, amplificadas por el aumento del nivel del mar, pueden ser especialmente devastadoras y los meteorólogos advirtieron que Henri podría provocar oleadas de hasta metro y medio en algunas zonas costeras.
“Se esperan pocos cambios en la intensidad (de la tormenta) hasta que toque tierra, seguido de un rápido debilitamiento después de que Henri se desplace tierra adentro, sobre el sur de Nueva Inglaterra”, escribió más temprano el NHC.
Parte del noreste del país, incluida Nueva York, fue declarada en alerta el viernes por la aproximación de Henri, que en un principio se esperaba que tocara tierra como huracán.
En Long Island, que concentra las lujosas comunidades de los Hamptons donde se retiran los neoyorquinos adinerados en verano, algunos residentes se apresuraron a ir a los negocios para abastecerse de agua y otros suministros.
Pero las carreteras estaban en general tranquilas, ya que los residentes se preparaban para pasar la tormenta en casa.
“Sabemos que nos va a azotar la cola (de la tormenta)”, sostuvo Amy Pedatella, una administradora de propiedades de 46 años que pasó el sábado asegurando las casas junto al mar en los Hamptons.
El empeoramiento de las condiciones meteorológicas obligó la noche del sábado a cancelar el gran concierto que tenía lugar en Central Park para marcar el reencuentro de los artistas con el público neoyorquino tras la pandemia.
El cantante Barry Manilow fue interrumpido en mitad de una canción por una voz que por los altavoces instaba a los asistentes a avanzar rápida pero tranquilamente hacia las salidas más cercanas.
Ante la amenaza, varios gobernadores llamaron a la población a la cautela.
“Tómense esto en serio. Prepárense HOY para la tormenta que se avecina el domingo. Observen el pronóstico local y manténganse a salvo”, había dicho Cuomo el sábado.
El gobernador además declaró estado de emergencia y ordenó el despliegue preventivo de 500 soldados de la Guardia Nacional.
“Prepárense para lluvias intensas, vientos fuertes y cortes de energía”, advirtió también a los residentes de las áreas potencialmente afectadas en el estado de Nueva York.
La capital cultural y económica de Estados Unidos aún recuerda con dolor el huracán Sandy, que mató a 44 personas en 2012.
En Massachusetts, que alberga la ciudad de Boston, el gobernador Charlie Baker pidió “evitar desplazamientos innecesarios”, especialmente en las zonas costeras, donde se espera caigan precipitaciones de hasta 150 mm.
(Con información de AFP- Fotos de Reuters y EFE)
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