El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, describió el jueves los devastadores incendios forestales que arden en todo el país desde hace más de una semana como la mayor catástrofe ecológica que ha vivido Grecia en décadas.
Los incendios se desataron mientras el país atravesaba la ola de calor más intensa y prolongada experimentada desde 1987. Cientos de incendios forestales estallaron en todo el país, poniendo al límite las capacidades de lucha contra el fuego y llevando al gobierno a pedir ayuda al extranjero. Cientos de bomberos, junto con aviones, helicópteros y vehículos, llegaron desde 24 países europeos y de Medio Oriente para asistir.
“Hemos conseguido salvar vidas, pero hemos perdido bosques y propiedades”, dijo Mitsotakis, describiendo los incendios como “la mayor catástrofe ecológica de las últimas décadas”.
En una rueda de prensa en Atenas, la primera que ofreció desde que estallaron los incendios, Mitsotakis dijo que las autoridades se habían enfrentado a un centenar de incendios activos cada día. El jueves, la situación mejoró mucho, y la mayoría de los grandes incendios forestales disminuyeron.
Sin embargo, el primer ministro advirtió que el peligro de más incendios continúa.
“Estamos en pleno mes de agosto y está claro que nos esperan días difíciles” hasta que termine la temporada principal de incendios, afirmó.
“La crisis climática -me gustaría utilizar este término, y no el de cambio climático- está aquí, y nos muestra que todo tiene que cambiar”, dijo, añadiendo que estaba dispuesto a hacer los “cambios audaces” necesarios.
“Esta es una crisis común para todos nosotros”, señaló.
El mayor incendio de Grecia se declaró el 3 de agosto en la segunda isla más grande del país, Evia, y el jueves seguía ardiendo, tras haber destruido la mayor parte del norte.
Más de 50.900 hectáreas resultaron dañadas en el norte de Eubea, según los mapas del Servicio de Gestión de Emergencias Copérnico de la Unión Europea. Montañas enteras de bosques, principalmente de pinos, han quedado reducidas a páramos de tocones ennegrecidos, mientras que las plantaciones de olivos e higueras y los viñedos también fueron destruidos.
Más de 850 bomberos, entre ellos centenares procedentes de Ucrania, Rumanía, Serbia, Eslovaquia, Polonia y Moldavia, seguían esforzándose por evitar que se produjeran focos de incendio en la zona, con la ayuda de nueve helicópteros y ocho aviones, entre ellos dos enormes Ilyushin 11-76 de lanzamiento de agua enviados por Rusia.
En la región del Peloponeso, en el sur de Grecia, seguían ardiendo dos grandes incendios, mientras que el departamento de bomberos informó el jueves por la noche que se habían producido 106 incendios en toda Grecia en las últimas 24 horas.
Un bombero voluntario murió mientras trabajaba en una zona al norte de Atenas afectada por un gran incendio, tras ser golpeado por la caída de un poste eléctrico. Cuatro bomberos voluntarios han sido hospitalizados con quemaduras, dos de ellos en estado crítico en cuidados intensivos.
“Conseguimos proteger a miles de personas. Pero perdimos bosques y propiedades”, dijo Mitsotakis durante su conferencia de prensa. “Y estamos aquí para hablar de todo... (incluyendo) donde la naturaleza nos encontró desprevenidos”, agregó.
(Con información de AP)
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