El oeste de Europa, principalmente Alemania, se activa este sábado para limpiar las ciudades inundadas de barro y escombros, restablecer la electricidad y evaluar las millonarias pérdidas, tras un destructor diluvio que ha causado al menos 157 muertos y cuyo saldo podría agravarse ya que sigue habiendo personas desaparecidas.
Según el último balance de la policía alemana, las devastadoras lluvias han causado la muerte de 133 personas en el país. “Pero se teme que el número de fallecidos aumente”, dijo un portavoz de la policía en la ciudad de Coblenza, en el estado de Renania-Palatinado, uno de los más afectados por la tragedia, con 90 muertos.
Solo en este estado hay además “unos 618 heridos” y unos 60 desaparecidos.
A ese balance se suman los 43 muertos registrados en Renania del Norte-Westfalia, otro de los estados alemanes azotados por el temporal.
Poco a poco, los habitantes que tuvieron que salir, casi huyendo, de sus casas el miércoles por la noche están regresando a sus hogares y muchos se encuentran un escenario desolador: casas semidestruidas con paredes arrancadas de cuajo por la fuerza de la corriente, árboles derrumbados, vehículos arrastrados por el agua, carreteras y puentes hundidos o suministro eléctrico cortado.
“Desde hace 48 horas, vivimos una pesadilla. Damos vueltas y vueltas y no podemos hacer nada”, dice a la agencia de noticias AFP Cornelia Schlösser, observando el terrible estado de la panadería familiar, en la ciudad de Schuld, muy afectada por las inundaciones.
“En cuestión de minutos, una ola entró en la casa”, agrega.
En todas las ciudades afectadas, los bomberos, los servicios de protección civil, los responsables locales y militares, comenzaron ya las gigantescas tareas de limpieza de escombros y de barro que obstruyen a menudo las calles.
Encontrar a los desaparecidos
En estas regiones del oeste de Alemania, por las que discurre el Rin, las inundaciones se debieron sobre todo a ríos pequeños, que salieron de su cauce debido a las intensas lluvias e invadieron zonas habitadas, construidas en zonas que no eran aptas para la edificación de casas.
“La tarea es inmensa”, admitió Tim Kurzbach, el alcalde de Solingen, una ciudad del estado de Renania del Norte-Westfalia. Y la magnitud de la catástrofe solo se vislumbra.
Hay que achicar el agua, evaluar la solidez de los edificios dañados, algunos de los cuales tendrán que ser demolidos, restablecer el suministro de electricidad, gas y teléfono además de albergar a las personas que perdieron todo.
Las perturbaciones en las redes de comunicación, que hacen que muchas personas no estén localizables, complica también la tarea de establecer un balance fiable de desaparecidos.
Y las autoridades siguen en alerta. En el distrito de Heinsberg, en Renania del Norte-Westfalia, los muros de contención de una represa cedieron el viernes por la noche y 700 personas tuvieron que ser evacuadas.
“Prevemos hallar más víctimas”, dijo Carolin Weitzl, alcaldesa de Erfstadt, cercana a Colonia, donde un grave deslizamiento de tierra se llevó por delante varias casas.
El gobierno indicó además que trabajaba en la creación de un fondo de ayudas especiales ya que las pérdidas causadas por las inundaciones serán de miles de millones de euros.
La solidaridad también se organiza entre los ciudadanos y hay llamados para efectuar donaciones en todo el país además de apoyos prometidos por las grandes empresas, como el constructor de automóviles, Volkswagen.
Las pérdidas son “tan importantes que nos tendrán ocupados durante mucho tiempo”, advirtió la dirigente de Renania-Palatinado, mientras que el gobernador del estado de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, aseguró que la catástrofe tiene “una magnitud histórica”.
“Sin precedentes”
Laschet, líder del partido conservador CDU y candidato para suceder a la canciller Angela Merkel y favorito en los sondeos de la legislativas del 26 de septiembre, pidió “acelerar el ritmo” de lucha contra el cambio climático.
Esta catástrofe “cambia la campaña electoral” y pone el tema del clima en el centro del debate, según el diario Spiegel. “Los ciudadanos quieren saber cómo sus dirigentes les gobernarán en situaciones como esta”, afirmó.
Merkel, que regresó de una visita en Estados Unidos, también ha previsto visitar pronto los lugares siniestrados.
El temporal debe amainar este fin de semana en las regiones más afectadas de Alemania y también en Bélgica.
Pero “seguiremos encontrando situaciones catastróficas”, previó la dirigente de la ciudad de Lieja, Christine Defraigne.
En este país, la tragedia causó, además de los 20 muertos, otros tantos desaparecidos, según un balance aún provisional y “sin precedentes”, dijo el primer ministro Alexander de Croo, quien decretó una jornada de luto nacional el martes. De Croo y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, visitarán este sábado los lugares afectados por las inundaciones.
(Con información de AFP)
(FOTOS AFP / EFE / REUTERS)
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