La reina Isabel II de Inglaterra recibió este viernes a los líderes del G7 y sus acompañantes en una recepción formal celebrada en un parque medioambiental de Cornualles (suroeste de Inglaterra), en la que estuvieron asimismo presentes el príncipe Carlos y su hijo, el príncipe Guillermo.
Antes de asistir a una cena en el conocido como Proyecto Edén, un espacio donde se recrean diversos climas del planeta, la monarca británica, de 95 años, presidió una fotografía conjunta de los mandatarios del grupo de democracias industrializadas.
El primer ministro británico, Boris Johnson, y el presidente francés, Emmanuel Macron, flanqueaban a la Reina en la primera fila del grupo, mientras que la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se situaron en los extremos. Biden, que asiste a la primera cita internacional desde que accedió a la Casa Blanca, es el 13° presidente de EEUU con el que ha coincidido la soberana británica.
El mandatario y su esposa, Jill Biden, volverán a visitar a Isabel II el próximo domingo, en esa ocasión en su residencia del castillo de Windsor, tras concluir la cumbre de líderes en Cornualles.
Al término de la sesión fotográfica, que se desarrolló en un ambiente distendido, Merkel se acercó a Isabel II para agradecerle la recepción: “Muchas gracias por hacer esto por nosotros”, le dijo.
Tras la primera sesión plenaria de la cumbre del G7, la primera presencial en dos años debido a la pandemia, algunos de los líderes pasearon por las grandes cúpulas de vidrio de Proyecto Edén, un escenario que el Gobierno británico, anfitrión el evento, ha elegido para subrayar la relevancia de la lucha contra la crisis climática entre las prioridades del grupo.
Los líderes del G7 iniciaron el viernes en Inglaterra una cumbre presentada como una “enorme oportunidad” para poner en marcha la recuperación mundial tras la pandemia, empezando por la distribución de mil millones de dosis de vacunas contra el covid-19.
Tras casi dos años sin reunirse, los jefes de Estado y gobierno de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido volvieron a sentarse en torno a una mesa redonda después del recibimiento que el anfitrión, el primer ministro británico Boris Johnson, dio a cada uno en una playa de Carbis Bay, en el suroeste de Inglaterra.
En palabras de Joe Biden, la cumbre marca el “regreso” de Estados Unidos al multilateralismo, tras los años de Donald Trump. “Estoy deseoso de (...) trabajar con nuestros aliados y socios para construir una economía mundial más justa e inclusiva. Pongámonos a trabajar”, tuiteó el presidente estadounidense.
Biden busca formar un frente unido frente a Rusia y China. Pero Pekín replicó que la diplomacia norteamericana está “basada en los intereses de pequeñas camarillas”, en palabras de un responsable del Partido Comunista chino, Yang Jiechi, que conversó telefónicamente con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.
El jefe de la diplomacia estadounidense, que mantuvo la conversación desde Carbis Bay, le replicó que China debe mostrar “cooperación y transparencia respecto al origen” del coronavirus, y además le pidió que “ponga fin a su campaña de presión sobre Taiwán”.
La lucha contra el cambio climático será la otra prioridad de la cumbre. Johnson ambiciona llevar a cabo una “revolución industrial verde” para reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030.
Para preservar la biodiversidad, quiere que el G7 se comprometa a proteger “al menos el 30%” de la tierra y los océanos para esa fecha.
Las siete grandes economías también deberían promover la inversión en infraestructuras limpias en los países en desarrollo para estimular y descarbonizar sus economías.
Otro tema candente en la agenda es el de los retos que plantean Pekín y Moscú, con cuyo presidente, Vladimir Putin, se reunirá Biden el miércoles en Ginebra. “La línea europea es clara: China es un rival sistémico, un socio en cuestiones globales y un competidor”, dijo una fuente francesa.
Y otro punto de fricción: la complicada aplicación del Brexit en la región británica de Irlanda del Norte. Biden, de origen irlandés, se abstuvo de criticar públicamente a Johnson en su primer encuentro cara a cara el jueves, pero los responsables europeos pretenden exigirle que cumpla con lo acordado, ya que Londres no aplica los controles aduaneros posbrexit para evitar tensiones con los unionistas norirlandeses.
Con información de EFE y AFP
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