India reportó este miércoles un nuevo récord en la cifra de fallecidos por COVID-19 en una jornada, que superó por primera vez la barrera de los 4.500.
Con un total de 4.529 muertes en las últimas 24 horas, según el Ministerio de Salud indio, el cómputo global asciende a un total de 283.248 desde el inicio de la pandemia, unos datos que solo superan Estados Unidos y Brasil.
Estas cifras contrastan con los positivos diarios que se registraron en la última jornada, 267.334, lo que muestra una tendencia a la baja en el país asiático, ya lejos de los máximos históricos de 400.000 diarios de hace unas semanas.
No obstante, las tendencias en las muertes suelen ubicarse un par de semanas por detrás de los contagios, por lo que se espera que estas se mantengan en niveles altos antes de empezar a reflejar la baja de estos últimos.
Mientras tanto, la cantidad de muertes en cortos períodos de tiempo continúa abrumando la infraestructura mortuoria del país al punto que en Prayagraj, una ciudad en el estado de Uttar Pradesh, la policía le pidió a la población que no deje los cuerpos en los ríos luego de que aparecieran decenas de cadáveres en tumbas poco profundas en la arena a orillas del río Ganges. “Estamos aquí para ayudarles a realizar los ritos funerarios”, decían los agentes.
Las lluvias de los últimos días dejaron al descubierto las mortajas que cubrían varios cuerpos en tumbas poco profundas. Si bien no se confirma que sean víctimas de COVID-19, el aluvión de muertes hizo que las autoridades vinculen la pandemia a los hallazgos.
En términos absolutos, el número de infecciones en India se sitúa en un total de 25,4 millones desde que se detectó el virus en el país, una cifra de contagios que solo supera Estados Unidos, con cerca de 33 millones de casos.
Más del 25 % de las muertes fueron reportadas en el estado occidental de Maharashtra, el más castigado por la pandemia, que superó el umbral del millar de fallecidos diarios (1.291) mientras el número de casos fue de 28.438, unos datos que contrastan con los 65.000 que llegó a contabilizar durante el pico de infecciones.
Los datos de Nueva Delhi muestran signos de recuperación, con casos positivos que se mantienen por debajo de los 5.000 diarios y 265 fallecidos.
Este descenso gradual de casos viene tras varias semanas de máximos históricos que provocaron el colapso sanitario y escasez de suministros que catalizaron la movilización ayuda internacional de más de 40 países.
Pese a que todo parece indicar que lo peor de esta segunda ola ya ha pasado, los expertos advierten de que estas cifras no muestran la realidad de la pandemia en el país y podrían ser muy superiores, sobre todo si se tiene en cuenta que en las zonas rurales no se dispone de laboratorios para la realización de test ni recursos para tratar a pacientes severos.
La auspiciada como “la campaña de vacunación más grande del mundo” sigue siendo la única esperanza para aliviar los datos del país: hasta el momento, se han administrado un total de 186 millones de dosis, 1,3 de ellas en la última jornada.
Sin embargo, poco más del 3 % de la población ha recibido las dos dosis de Covishield de AstraZeneca, que fabrica el Instituto Serum de la India (SII); de Covaxin, del laboratorio indio Bharat Biotech; o de la vacuna rusa Spuntnik V, de la que llegaron 150.000 sueros.
Esta media de inoculaciones diarias sigue sin garantizar el objetivo inicial marcado por las autoridades indias en el inicio del programa el pasado mes de enero, en el que se pretendía tener vacunadas a 300 millones de personas antes del mes de julio.
(Con información de EFE, fotos de AP)
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