En foto: peluches para recordar a familiares fallecidos por Covid-19

Irma de la Parra es diseñadora, se dedicaba principalmente a la fábrica de batas para maestras, el cierre de las escuelas la dejó sin empleo.

El 27 de enero hizo el primer oso nacido de una idea: el recuerdo, “un día, pensé en hacer un osito para la gente que había muerto por COVID porque la mayoría de personas no se despide de su familia”.

En la familia de Irma nadie se ha contagiado, pero hay una muerte que significó mucho: un amigo de su esposo cercano para todos. Tenía 53 años, era un hombre sano, que hacía ejercicio y muy trabajador, recuerda.

Hicieron una publicación en redes sociales para lanzar a la venta los osos, sin imaginar el impacto que tendrían. Ahora fabrican al día 14 osos, en total han entregado 270 y el 80% de sus pedidos pertenecen a personas que han perdido la vida a causa del covid.19. La hija de Irma se encarga de recoger las prendas previamente lavadas, llevarlas a casa, ayudar a su madre a cortar y rellenar, para finalizar con la entrega que muchas veces termina en llanto por parte de sus clientes.

Cada oso tiene un valor de $200, pensado en las personas que no tienen la posibilidad de pagar el precio real y desean tener algo que les haga sentir cerca de quienes ya no están.

“Cada osito tiene una historia, con ese cariño nosotras cortamos y diseñamos con mucho respeto a las prendas”.

Fotos: Karina Hernández / Infobae