Violencia policial, racismo cotidiano, pasado segregacionista: Estados Unidos conmemora este viernes la abolición de la esclavitud en medio de tensiones y la conciencia de la persistente discriminación que sufre la comunidad negra.
Miles de personas asistieron a múltiples protestas desde Nueva York a Los Ángeles para marcar el 155 aniversario del “Juneteenth” (contracción de junio y 19 en inglés), el día de 1865 en que los últimos esclavos fueron liberados en Texas.
Varios cientos de personas manifestaron en Washington para denunciar “el racismo, la opresión y la violencia policial” respondiendo al llamado de los clubes locales de básquetbol. Otras marchas convergieron en la tarde cerca de la Casa Blanca, en la recién bautizada Black Lives Matter Plaza (Plaza de las Vidas Negras Importan).
En un ambiente festivo, músicos se unieron a los manifestantes gritando la consigna “Black Lives Matter”. Este año, varias tragedias han llevado al país a reflexionar sobre el racismo que ha marcado su pasado y aún impregna la sociedad.
George Floyd, un afroestadounidense de 46 años, fue asfixiado por un oficial de policía blanco cuando fue arrestado en Minneapolis el 25 de mayo. Sucumbió después de permanecer más de ocho minutos bajo la rodilla de Derek Chauvin, a quien antes de morir repitió una y otra vez “No puedo respirar”.
La difusión de la escena, filmada por transeúntes, provocó una onda expansiva en el país y multitudinarias manifestaciones, a veces marcadas por actos de violencia y saqueos, para denunciar las injusticias raciales.
“La triste verdad es que este no es un caso único”, dijo el hermano de George Floyd, Philonise, en una reunión sobre racismo en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
Otro suceso en Atlanta atizó el enojo: el 12 de junio, un oficial de policía blanco mató de dos balazos en la espalda a Rayshard Brooks, un afroestadounidense que intentaba escapar de un arresto por ebriedad.
Como en Minneapolis, el oficial fue despedido de la fuerza y acusado de asesinato.
En otro caso, el alcalde de la ciudad de Louisville, en el centro del país, anunció el despido de un policía implicado en la muerte de una enfermera negra, Breonna Taylor, asesinada en su apartamento en marzo.
“Injusticia inimaginable”
El presidente Donald Trump denunció las muerte de George Floyd y Rayshard Brooks, pero con un fuerte discurso de “ley y orden” y críticas a los manifestantes.
El multimillonario republicano organiza el sábado un gran acto de campaña en Tulsa, Oklahoma. Había suscitado indignación al programar el mitin para el 19 de junio, y debió postergarlo.
Tulsa vive aún atormentada por los recuerdos de uno de los peores disturbios raciales de la historia. Allí, hasta 300 estadounidenses negros fueron masacrados por una multitud blanca en 1921.
Se calcula que más de 100.000 personas acudieron a la ciudad donde, por temor a disturbios, el alcalde había decretado un toque de queda desde el jueves en la zona del mitin del presidente, antes de anularlo este viernes por la tarde.
Con ocasión de “Juneteenth”, Trump emitió el viernes un mensaje dirigido a la comunidad negra estadounidense, denunciando “la injusticia inimaginable de la esclavitud”.
Las manifestaciones de las últimas semanas han llevado a los estadounidenses a sumergirse en la historia de un país que ha sido desgarrado por el tema de la esclavitud, un sistema que aseguró su desarrollo económico.
Una y otra vez se han multiplicado los llamados a retirar monumentos en honor de los generales y funcionarios confederados proesclavistas durante la Guerra Civil (1861-1865), que pululan en el sur del país, y algunos fueron violentamente derribados.
El campeonato automovilístico de Nascar prohibió las banderas confederadas en sus circuitos, a menudo agitadas por multitudes en el sur, donde este emblema es muy popular.
Y el Congreso, Nancy Pelosi, los retratos de cuatro ex presidentes de la Cámara baja que cerraron filas junto a los confederados fueron retirados.
Varias grandes empresas, como Nike, Twitter o la NBA, dieron a sus empleados un día libre el viernes para conmemorar el “Juneteenth”.
A pesar de los avances logrados por el movimiento de derechos civiles en los años 1950 y 1960, la minoría negra en Estados Unidos (13% de la población) es la gran olvidada.
Más pobre, más aquejada de problemas de salud, está subrepresentada a nivel político y sobrerepresentada en la población carcelaria.
La crisis del coronavirus ha acentuado aún más estos males: la tasa de desempleo de los estadounidenses negros ha estallado con la paralización de la economía ordenada para evitar los contagios y, al ocupar muchos trabajos considerados esenciales, están más expuestos a la covid-19 que el resto.
Cyril Julien con Laurent Banguet en Tulsa para AFP
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