El desmontaje del andamio de Notre Dame de París, instalado antes del devastador incendio de 2019, empezó este lunes, una de las etapas más importantes y peligrosas del titánico proyecto de reconstrucción de la catedral.
Los operarios empezaron a subir al andamio en un ascensor. “En una operación como esta, es como un cohete antes de despegar, hay que chequearlo todo antes de la llegada” el martes de los profesionales que desmontarán el andamio, dijo Christophe Rousselot, delegado general de la Fundación Notre Dame.
“Uno de los puntos clave es la estabilidad de la bóveda. En cuanto esto esté resuelto, nos sentiremos aliviados puesto que la catedral estará a salvo”, estimó Rousselot, para quien el desmontaje es una operación “muy sensible, muy complicada, con un factor de riesgo nada desdeñable”.
“Podrían caer trozos del andamio, fragilizando alguna parte de la catedral”, añadió.
El andamio está constituido por 40.000 piezas y pesa 200 toneladas, de las cuales la mitad se hallan a más de 40 metros de altura.
Fue instalado para restaurar la aguja de la catedral gótica y resistió al hundimiento de esta joya arquitectónica de casi 100 metros de altura durante el incendio del 15 de abril de 2019, pero se deformó por el calor.
En un primer momento, fue sustentado con vigas metálicas para evitar que se desmoronara. Luego se instaló un segundo andamio.
A partir de ahora, “dos equipos de cinco profesionales se alternarán para cortar con la ayuda de sierras sable los tubos metálicos fundidos los unos sobre los otros”, según Rousselot.
La operación se prolongará durante el verano boreal.
Las obras de restauración de Notre Dame, uno de los símbolos de París y el segundo monumento histórico más visitado de Europa, han sido interrumpidas en varias ocasiones, debido a las intemperies, al peligro de una contaminación con plomo y a la epidemia del coronavirus.
La obras se retomaron a finales de abril.
La conmoción planetaria suscitada por el incendio llevó a grandes mecenas y a miles de individuos a prometer más de 900 millones de euros (1.016 millones de dólares) para su reconstrucción.
El presidente Emmanuel Macron aseguró que esta terminaría en 2024.
Por ahora, se desconoce cómo será la catedral restaurada.
Por un lado, están los partidarios de reconstruir de manera idéntica la aguja que diseñó el arquitecto Viollet-le-Duc en el siglo XIX; por otro, quienes prefieren imprimir “un gesto arquitectónico contemporáneo”, como defiende Macron.
No faltan ideas originales: una aguja de vidrio, un jardín ecológico sobre el tejado o incluso una terraza panorámica para los turistas.
El arquitecto responsable de las obras, Philippe Villeneuve, preconiza no obstante una reconstrucción fiel a la catedral original, cosa que permitiría además cumplir con los plazos previstos.
En cuanto a las causas del incendio, que además de la aguja devastó el techo de madera de la catedral, el fiscal de París privilegia la pista accidental, como un fallo eléctrico o un cigarrillo mal apagado.
Pero por ahora, la investigación no permitió dilucidar las circunstancias exactas y los tres jueces de instrucción encargados del caso siguen tratando de recabar información, en especial sobre la zona de origen del fuego, difícilmente accesible.
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