El príncipe Harry y Meghan Markle buscan, junto a su hijo Archie, un lugar para vivir en Los Ángeles. En concreto, se han mostrado interesados en una propiedad que pertenece al actor Mel Gibson y por la que estarían dispuesto a pagar USD 14 millones.
Desde su mudanza a los Estados Unidos desde Canadá a principios de marzo, los duques de Sussex han estado buscando un hogar para vivir con comodidad y privacidad, justo lo que ofrece la espectacular propiedad de la estrella de Hollywood.
Gibson ha estado tratando de vender su villa de estilo rústico, en la que abunda la madera y la piedra, durante tres años. El actor de 64 años puso en el mercado la imponente propiedad con vista al océano Pacífico en 2017 después de vivir allí durante casi una década. Originalmente quería USD 17,5 millones por la residencia, que antes perteneció a David Duchovny y su entonces esposa, Tea Leoni.
El ganador del Oscar compró la propiedad en 2008 por USD 11,5 millones.
La propiedad del director y productor de cine consta de 6 mil metros cuadrados construidos, más otros 20 mil pertenecientes a una parcela con vista al mar. En el anuncio de la agencia de bienes raíces se ofrece bajo la denominación de una “villa de ensueño".
El protagonista de películas “Corazón Valiente” y “La Pasión de Cristo” le dio su toque personal con algunos guiños a la religión católica, además de hacer evidente su afición por la historia. Con cinco cuartos, cinco baños, una casa de invitados, dos piscinas y gimnasio, y un impresionante jardín con una increíble vista no sorprende que el precio sea de USD 14 millones.
Mientras que tabloide Daily Mail apunta a que una fuente ha negado la compra, en The Sun se reporta que la inmobiliaria aceptó que la propiedad se ha vendido, pero no reveló a quién ya que se vieron obligados a firmar un acuerdo de confidencialidad.
Todo comenzó cuando una agente de bienes raíces compartió en su cuenta de Instagram una imagen en la que aseguraba que la pareja real había comprado la imponente residencia que está a la venta por USD 14,5 millones. “Grandes noticias: el príncipe Harry y Meghan compran la casa de Mel Gibson”. Minutos después, la agente inmobiliaria Andrea Pilot eliminó el comentario.
Por supuesto, como suele suceder en estos casos, los duques de Sussex no confirmaron la noticia a los medios de comunicación y todo podría ser simplemente un rumor más sobre el matrimonio real más popular.
La casa incluye una residencia principal de cinco dormitorios, que fue construida en 1996. La propiedad tiene mucha inspiración de diseño medieval con un exterior de paneles de piedra y madera.
Los interiores también resaltan el encanto rústico con vigas de techo a la vista y chimeneas de piedra. La finca también cuenta con dos piscinas, una terraza privada, un gimnasio y una casa de huéspedes separada.
El nuevo propietario también obtendrá una membresía en un club de playa.
Toda la casa tiene una decoración neutral y acogedora con pisos de madera. Las habitaciones cada una con su baño tienen madera tradicional y una chimenea de piedra, además de puertas que dan a una terraza compartida que permite contemplar el gran paisaje.
Además de las características propias de la residencia, los duques de Sussex han valorado la privacidad que ofrece la zona. Tras perder la protección oficial al dejar de ser miembros de la familia real británica son ellos quienes deben pagarse la seguridad. Para ello han contratado los servicios de una agencia que también vela por Angelina Jolie, Brad Pitt y los seis hijos de ambos. Durante el tiempo en que estuvieron en Vancouver, los duques se convirtieron en un blanco fácil para los paparazzi durante sus salidas con su hijo Archie.
Tras mudarse precipitadamente a causa del cierre de fronteras por el coronavirus desde Vancouver a Los Ángeles, la pareja real estaría alquilando una propiedad que pertenece a Kylie Jenner que consta de 8 dormitorios y 10 baños, bodega, spa y piscina.
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