El sector de la hostelería y ocio, el mayor creador de empleos en Miami-Dade (Florida, EEUU), se enfrenta desde este miércoles a la realidad del coronavirus con el cierre de bares y restaurantes y los turistas convertidos en “aves raras”.
Un simple paseo por las áreas más turísticas de Miami Beach, como Ocean Drive, la calle colmada de restaurantes a lo largo de la playa en South Beach, y el bulevar comercial de Lincoln Road, ilustra perfectamente al curioso sobre la situación.
Emblemáticos restaurantes como Smith & Wollensky, que este miércoles estaba instalando tablones en sus ventanas como si se avecinara un huracán, cerraron sus puertas, mientras que muy cerca de allí empleados del condado lavaban a presión las barandas del muelle de South Point como medida preventiva frente al coronavirus.
El histórico Joe's Stone Crab, fundado en 1913 y favorito de los amantes de las pinzas de cangrejo, ofrece ahora "solo" servicio para llevar, según se lee en un aviso pegado en sus rejas.
En la playa y en los famosos hoteles estilo art decó de Miami Beach los turistas eran tan escasos que llamaban la atención. Lo nunca visto.
Según un informe divulgado precisamente este miércoles por el Beacon Council, que coincide con el cierre obligatorio de restaurantes y otros negocios por orden del alcalde del condado, Carlos Giménez, Miami-Dade tuvo en enero pasado la tasa de desempleo más baja de Florida, un estado con una colección de récords nacionales de empleo impresionante desde 2012.
El impulso en enero provino precisamente de la hostelería y el ocio, según el Beacon Council, la agencia de desarrollo del condado de Miami-Dade.
Aunque el estudio augura una "mejora continua en la economía local", sus previsiones han perdido sentido con el COVID-19.
El autor del estudio, Jaap Donath, vicepresidente de Investigación y Planeación Estratégica, y María Budet, directora de Mercadeo el Beacon Council, señalaron a la agencia EFE que los impactos del coronavirus se dejarán ver en los próximos informes.
Donath explicó que por ahora el impacto "directo" en la región ha sido en los cruceros, porque prácticamente "decidieron pararlos" y ahora van a analizar los efectos de que la gente se quede en casa.
A su juicio, aún es prematuro para decirlo porque aún hay turistas y ocupación.
El pasado fin de semana Miami Beach tuvo un último destello de lo que fue antes del coronaviris con los llamados "spring breakers", los universitarios que aprovechan las vacaciones de primavera para viajar al sur a darse un adelanto de sol y playas.
Habitualmente ruidosos, alborotadores y amigos del alcohol, los "spring breakers" vieron este año interrumpida abruptamente su juerga anual, por orden de las autoridades, debido al coronavirus.
Un policía en uno de los retenes de la playa que está cerrada, a lo largo de diez cuadras en Ocean Drive, dijo hoy a Efe que ya los habían logrado disminuir.
Donath aclaró que el turismo es un motor importante de la economía de Florida, "pero no el único", y en ese sentido dijo que el impacto podría ser menor, aunque reconoció que "todavía no hemos visto los verdaderos grandes impactos".
La gente está por ahora tratando de descubrir cómo ajustarse a la nueva situación y, según Donath, la clave es “cómo encontrar formas de hacer que siga gastando dinero pero de una manera diferente”.
Con información de EFE
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