Cientos de manifestantes rodearon la Embajada de Estados Unidos en Bagdad, en la que irrumpieron este martes en protesta por el ataque norteamericano del domingo contra las milicias chiíes proiraníes de Hezbolla en Irak, y han asaltado repetidamente las instalaciones de la delegación diplomática.
Los manifestantes consiguieron penetrar en la oficina de información de la Embajada estadounidense y la quemaron por completo, además de incendiar los muros exteriores del edificio y varias torres de seguridad.
Asimismo, han arrojado piedras y materiales incendiarios para provocar nuevos incendios en el interior del complejo, protegido por los guardias de seguridad estadounidenses.
Los guardias se han enfrentado a los manifestantes y han empleado métodos antidisturbios, según el fotógrafo, y al menos 20 de los asaltantes resultaron heridos por los gases lacrimógenos y disparos de balas de goma.
Mientras, las fuerzas de seguridad iraquíes se han dirigido a la sede diplomática varias horas después de que fuera asaltada, pero de momento no han intervenido debido al gran número de manifestantes comparado con el número de efectivos.
Por su parte, el primer ministro y comandante de las Fuerzas Armadas de Irak, Adel Abdelmahdi, pidió a los manifestantes que se retiren “inmediatamente” de la zona, según un comunicado difundido por la agencia estatal de noticias INA.
Abdelmahdi aseveró que “cualquier ataque contra embajadas y misiones diplomáticas va a ser impedido y castigado severamente”.
Los manifestantes han izado banderas de las milicias proiraníes y han coreado lemas como “muerte a Estados Unidos”, además de escribir en la puerta principal de la legación “cerrado por orden del pueblo”.
También han llamado a acampar a las puertas de la Embajada y han arremetido contra el primer ministro por permitir el ataque contra las milicias y han desoído sus llamamientos a retirarse de la zona.
Según una fuente del Ministerio del Interior iraquí que pidió el anonimato, ni el embajador ni funcionarios estadounidenses se encuentran dentro del edificio.
Los manifestantes se dirigieron al edificio después de participar en los funerales de las víctimas de los bombardeos estadounidenses contra posiciones de la milicia chií Kata’ib Hizbulá (KH), que informó de que 25 de sus hombres fallecieron en el ataque del domingo.
Este martes, el Gobierno iraquí ha decretado tres días de luto por las víctimas mortales, a las que se suman unos 50 heridos.
Según el Pentágono, el ataque estadounidense responde al lanzamiento de cohetes y proyectiles contra bases militares e instalaciones con presencia norteamericana, que Washington atribuye a las milicias chiíes.
El pasado día 27, un contratista norteamericano murió en uno de esos ataques contra la base militar K1 de Kirkuk (norte), siendo la primera víctima mortal en este tipo de incidentes en los últimos meses.
(Con información de EFE)
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