Los miembros de grupos cívicos de Bolivia y los ciudadanos espontáneos que reclamaban en el centro de La Paz la renuncia de Evo Morales recibieron la noticia con grandes demostraciones de alegría, en un multitudinario abrazo que todavía se mantiene a la espera del desarrollo de la crisis política.
La plaza Murillo, donde se encuentra el Palacio Quemado, la vieja casa de gobierno en La Paz, quedó atestada de gente que celebraba hasta las lágrimas la renuncia de Morales, que gobernó Bolivia casi 14 años, un récord nacional de permanencia en el poder.
El líder opositor Luis Fernando Camacho celebró desde un vehículo policial y con un chaleco antibalas, luego de llegar hasta la sede de gobierno para entregar una carta de renuncia lista para ser firmada por Morales. No fue necesaria, ya que el jefe del Ejecutivo no estaba en el lugar y había partido hacia Cochabamba, donde anunció su dimisión.
Los partidarios de la oposición han ocupado las principales plazas de la ciudad en un mar de banderas tricolores bolivianas escoltados por la Policía, amotinada contra Morales.
Morales, de 60 años y quien asumió en 2006, enfrentó tres semanas de protestas en las calles contra su reelección en las cuestionadas elecciones del 20 de octubre
La algarabía no se repetía en la zona de El Alto, a las afueras de La Paz, donde se registraban enfrentamientos y las fuerzas disparaban gases lacrimógenos.
El líder opositor boliviano Carlos Mesa celebró celebrado “el fin de la tiranía” con un mensaje en Twitter. “A Bolivia, a su pueblo, a los jóvenes, a las mujeres, al heroísmo de la resistencia pacífica. Nunca olvidaré este día único. El fin de la tiranía. Agradecido como boliviano por esta lección histórica. Viva Bolivia!!!!!”, publicó.
“Este sonso, que no sabe pensar, se ha ido por la ventana; qué bien, estamos felices”, dijo a la AFP la comerciante Reggina Sojas, de 61 años, en El Prado, la principal avenida de La Paz.
En una esquina de la plaza Murillo, policías de una unidad amotinada contra de Morales estallaron de júbilo junto a los estudiantes que días antes reprimían.