Una tripulación de historiadores y exploradores de aguas profundas dedicados a la búsqueda de buques de la Segunda Guerra Mundial encontraron el domingo un segundo portaaviones japonés hundido durante la histórica Batalla de Midway, ocurrida en junio de 1942, según reportó la agencia AP, luego de que otra nave de estas características fuera hallada en el lecho la semana pasada.
Una revisión de datos del sonar muestra lo que podría ser el portaaviones japonés Akagi, a unos 5.490 metros de profundidad en el Océano Pacífico y a más de 2.090 kilómetros al noroeste de Pearl Harbor, en Hawaii, señaló el director de operaciones submarinas de Vulcan Inc., Rob Kraft.
Para la localización del barco, los investigadores utilizaron un vehículo submarino autónomo (AUV, por sus iniciales en inglés) equipado con sonar. El dispositivo pasó toda la noche bajo el agua recabando datos, y la imagen de un buque de guerra apareció en el primer conjunto de lecturas del domingo en la mañana.
Para confirmar la identidad del barco, el equipo desplegará el AUV para una nueva misión de ocho horas, durante la cual captará imágenes de sonar de alta resolución del lugar que les permitirán a los investigadores medir la nave y confirmar cuál es. Las lecturas iniciales fueron con capturas de un sonar de menor resolución.
El hallazgo ocurrió una semana después del descubrimiento de otro portaaviones japonés, el Kaga.
“Leímos sobre las batallas, sabemos lo que sucedió. Pero cuando ves estos naufragios en el lecho marino y todo eso, te das un poco una idea del verdadero precio de la guerra”, declaró Frank Thomspon, historiador del Naval History and Heritage Command en Washington D.C., quien se encuentra a bordo del Petrel. “Ves el daño que sufrieron estas cosas, y es una lección de humildad ver los videos de estos buques, porque son tumbas de guerra”, agregó, de acuerdo a la AP.
Las imágenes de sonar del Kaga revelan que la proa del portaaviones impactó el lecho marino a alta velocidad, esparciendo escombros y creando un cráter similar al de una explosión. La parte frontal del buque se encuentra enterrada en fango y sedimentos después de hundirse en picada a unos 4,8 kilómetros de profundidad.
Las bombas y torpedos estadounidenses que impactaron el Kaga causaron un enorme incendio que lo dejó carbonizado, pero el barco está prácticamente completo. Sus cañones, algunos de ellos intactos, aún se asoman por los costados.
El casco del Kaga fue botado en 1921, diseñado en un principio como acorazado pero convertido luego en portaaviones, entrando en servicio en la Marina Imperial de Japón en 1929. Tenía un desplazamiento de unas 39.000 toneladas y un largo de 247 metros, con una velocidad máxima de 28 nudos y autonomía de 19.000 kilómetros. Su tripulación, incluyendo marinos, mecánicos y pilotos, era de 1.700 tropas y llevaba unos 90 aviones.
El casco del Akagi también fue botado como un buque de distinto tipo, en este caso un crucero de batalla, y fue luego convertido a portaaviones, entrando en servicio en 1927. Su largo era de 260 metros con un desplazamiento de 38.000 toneladas y velocidad y alcance similares al Kaga. Aunque su tripulación (1.600) y su flota aérea (66 aviones) eran algo inferiores. Fue el buque insignia de la flota japonesa durante la batalla.
Hasta ahora, sólo uno de los siete barcos hundidos durante la batalla en el mar y en el aire de junio de 1942 -cinco japoneses y dos estadounidenses- habían sido localizados.
Tanto el Kaga como el Akagi recibieron durante la batalla numerosos impactos de bombas y torpedos lanzados por aviones estadounidenses que operaban desde los portaaviones Enterprise, Hornet y Yorktown, y quedaron completamente fuera de combate por los daños ocasionados. Pero los buques continuaron a flote, por lo que fueron los mismos japoneses quienes finalmente evacuaron a las tripulaciones de sus portaaviones y los hundieron para evitar que los cascos cayeran en manos enemigas, el 4 y 5 de junio de 1942, respectivamente.
Una gran batalla naval y punto de quiebre en la guerra
En torno al atolón de Midway se enfrentaron Estados Unidos y el Imperio del Japón en una gigantesca batalla naval a seis meses del bombardeo japonés de Pearl Harbor, Hawaii, el cual había significado el ingreso de los estadounidenses en la Segunda Guerra Mundial.
El plan de Japón consistía en la invasión y ocupación Midway, un territorio de Estados Unidos en el Pacífico, mediante un ataque con una flota compuesta de cuatro portaaviones y numerosos buques de guerra. De esta forma esperaban forzar a las naves estadounidenses que sobrevivieron a Pearl Harbor a entablar un combate decisivo en el mar, destruyéndolas definitivamente.
Pero los servicios de inteligencia de Estados Unidos habían recientemente descifrado los códigos secretos de comunicación japoneses, y pudieron conocer el lugar, la fecha y la hora precisa de todos los movimientos japoneses. Al mismo tiempo, Tokio había subestimado la presencia de fuerzas estadounidenses, especialmente la cantidad de portaaviones enemigos, en la zona.
Los combates aeronavales comenzaron el 4 de junio de 1942 y concluyeron tres días después. Japón perdió cuatro portaaviones (Akagi, Kaga, Soryu u Hiryu) y un crucero, 261 aviones y cerca de 3.000 soldados muertos. Mientras que un portaaviones (Yorktown) y un destructor de la marina de Estados Unidos resultaron hundidos, además de la pérdida de unos 100 aviones y 300 soldados muertos. El atolón de Midway no fue invadido.
La batalla puso fin al avance la marina japonesa en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial y eliminó la capacidad ofensiva de su gran flota de superficie, con pérdidas materiales de las que nunca se recuperaría del todo en el curso de la guerra. La iniciativa pasó desde entonces a estar del lado Estados Unidos hasta la conclusión del conflicto.
El hundimiento de los cuatro portaaviones, orgullo de la marina japonesa, fue un duro golpe al prestigio de Japón como potencia y un coto a sus aspiraciones imperiales y de competencia con Estados Unidos.
Tal es así que la actual Fuerza de Defensa Marítima de Japón, heredera de la marina imperial pero que a diferencia de aquella está obligada por la Constitución a mantener una postura exclusivamente defensiva, hizo entrar en servicio en 2017 al buque portahelicópteros Kaga, en homenaje al portaaviones que aún yace en el fondo del Pacífico.
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