Más de 200.000 personas de todos los rincones del planeta llegaron este 2 de julio al Valle del Elqui para asistir al eclipse total de sol, un espectáculo tan mágico como el lugar que lo albergará, donde el cielo y la tierra se funden en un oasis repleto de magnetismo.
Arropada por el brillo de las estrellas y el vaivén de las olas del Pacífico, la región de Coquimbo y su espectacular Valle del Elqui se presentan a los visitantes no sólo como el epicentro de este evento natural, sino como uno de los destinos turísticos más atractivos del país, gracias a su inmensa oferta gastronómica, cultural y de aventura.
La excelente calidad de sus cielos, principal atractivo de la zona, difumina las barreras espaciales en un entorno natural marcado por una inmensidad mística. Esta región chilena concentra hoy casi el 60% de la observación astronómica mundial, con los observatorios de La Silla y Cerro Tololo como principales exponentes, pero también a través de iniciativas municipales como Mamalluca, el primer centro de observación turística de Chile.
El Valle del Elqui, uno de los lugares privilegiados del globo para asomarse al Universo, ha ido sumando nuevas propuestas para ofrecer al visitante una experiencia total de disfrute, basada en su relación con el cosmos, que ya atrajo con su magnetismo a pueblos prehispánicos como los Diaguitas y los Incas.
La localidad de Vicuña, capital mundial de la astronomía 2019, "cuenta con otros atractivos, como ser la cuna de Gabriela Mistral", escritora chilena ganadora del Nobel de Literatura en 1945, en torno a cuya figura se ha creado la ruta turística "mistraliana", explica el alcalde de Vicuña, Rafael Vera.
"Nos hacemos llamar el corazón del Valle del Elqui y la tierra del pisco. Tenemos entre 300 y 320 días de sol al año, un hecho que crea una sinergia entre el cielo y la gente. Muchos visitantes vienen buscando esa experiencia, sumergirse en la naturaleza y descansar", explicó.
La industria local cuenta para ello con un gran abanico de actividades: desde excursiones en bicicleta por las profundidades místicas de los desérticos valles, hasta la práctica de kitesurf (surf con cometa) y windsurf (surf con vela) en el embalse de Puclaro, para terminar con un merecido masaje en alguno de los muchos centros especializados.
La zona cuenta con una consolidada oferta hotelera orientada a proporcionar una experiencia total en la naturaleza, y establecimientos selectos pensados para ofrecer las mayores comodidades a visitantes de alto nivel de exigencia.
Entre los hoteles más destacados se encuentra la villa Casa Molle, que ha liderado el sector en calidad y servicio con unas instalaciones pensadas para la relajación y el disfrute de una buena gastronomía y una inmensa lista de cócteles, en la que el principal invitado es la estrella local: el pisco.
Y es que el Valle del Elqui es sede de una de las empresas pisqueras más antiguas e importantes del país, la cooperativa Capel, donde los visitantes pueden degustar y observar el proceso de elaboración de un producto reconocido internacionalmente.
La propuesta turística de la zona ha experimentado una importante evolución en los últimos años, resultado del esfuerzo realizado en la región por instituciones públicas y empresarios, indica el director regional de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), Gregorio Rodríguez.
El objetivo último de este esfuerzo: proporcionar al visitante "una experiencia turística y gastronómica de gran calidad". "Queremos aprovechar el evento del eclipse para que quienes nos visiten conozcan la oferta turística del Valle del Elqui y se pierdan entre sus olores, sabores y localizaciones, de manera que deseen volver, difundan las cualidades del destino y nos sitúen en el mapa mundial", advirtió Rodríguez.
Con información de EFE (Alberto Valdés Gómez)
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