Una fuerte ola de calor procedente del desierto del Sahara comenzó a azotar este lunes a Europa, donde los termómetros se dispararán a mediados de semana hasta rozar los 40 °C en varios países del continente.
Debido al calentamiento global, causado principalmente por las emisiones de gases de efecto invernadero, estos fenómenos, que antes eran excepcionales, podrían repetirse con más frecuencia, advierten los científicos.
En España, la ola de calor llegará a mediados de semana, y con temperaturas de hasta 42 °C en algunos lugares del país, a partir del jueves. Las autoridades llamaron a la población a tomar precauciones para enfrentar el calor, con medidas que incluyen hidratarse bien, cubrirse la cabeza y evitar hacer ejercicio bajo el sol.
Alemania afronta la semana con una subida de temperaturas en la que se prevé que sea la más calurosa del año y que puede alcanzar los 40 grados centígrados, un récord para un mes de junio en el país alemán y con "noches tropicales puras", según los pronósticos divulgados este lunes.
A partir de este miércoles, las temperaturas podrían subir hasta los 40 grados centígrados (sobre todo en los estados occidentales de Baden-Wurtemberg, Renania-Palatinado y el Sarre), lo que establecería una nueva marca histórica, hasta ahora situada en los 38,2 grados registrados en junio de 1947 en Frankfurt.
Italia, país más acostumbrado a las altas temperaturas, registra valores "insólitos" y que no se vivían desde hace más de un siglo en el norte del país, según los expertos.
Así, entre el miércoles y el viernes se prevé que los termómetros alcancen los 43 grados en ciudades como Alessandria o, los 40, en Milán.
En Roma, las fuentes de la ciudad reciben a turistas y locales para beber agua y refrescarse, en una urbe que soporta calor todos los veranos, pero, especialmente, durante estas jornadas.
Por ello, Protección Civil de Italia ha recomendado extremar las precauciones durante estos días, sobre todo entre las personas de más edad y los menores, tales como beber mucha agua y evitar bebidas gaseosas, azucaradas y alcohólicas.
En Francia, las temperaturas comenzaron a subir a partir del lunes en todo el centro y el este del país, con 33 °C en París y 35 °C en Lyon. Más de la mitad de los departamentos franceses se encontraban en alerta canícula naranja, la tercera más fuerte entre cuatro.
En los jardines del Trocadero de París, los turistas se paseaban con gorras y sombreros y hasta paraguas para protegerse del sol. "Amigos turistas, esta semana va a hacer mucho calor. No se olviden de protegerse del sol e hidratarse regularmente", se podía leer en la cuenta oficial de Twitter de la Torre Eiffel.
En este país, traumatizado por la excepcional ola de calor de 2003 que causó la muerte de 15.000 personas, principalmente de ancianos, el presidente Emmanuel Macron tomó la palabra para asegurar que "todo el Gobierno estaba movilizado".
La medida más llamativa ha sido la decisión del Ministerio de Educación de retrasar, a nivel nacional, para el 1 y 2 de julio el examen de Brevet (certificado de enseñanza media), que debía realizarse los días 27 y 28 de junio, fechas en las que se prevén temperaturas de hasta 48 grados.
Crédito de las fotos: AFP
(Con información de EFE y AFP)
MÁS SOBRE ESTE TEMA: