Los líderes de las dos Coreas exhibieron hoy nuevamente su buena sintonía antes de celebrar la primera reunión de su cumbre en Pionyang, en la que abordaron la necesidad de que Washington y el régimen norcoreano retomen el diálogo sobre desnuclearización.
Aunque el contenido de este encuentro no ha sido revelado, la composición de esta primera ronda de diálogo dio a entender que el desarme norcoreano ocupó el foco de las conversaciones.
Kim recibió a su invitado en el aeropuerto internacional de Pyongyang, el lugar desde donde había supervisado los lanzamientos de misiles que provocaron graves tensiones entre las dos Coreas el año pasado.
"Abramos una era de paz y de prosperidad gracias a la solidaridad de un pueblo", podía leerse en una pancarta en el aeropuerto, según las imágenes de la televisión.
Moon, cuyos padres huyeron del Norte durante la guerra de Corea (1950-53), pasará tres días en el país. Sigue así los pasos de dos de sus predecesores: Kim Dae-jung, que viajó a Pyongyang en el año 2000, y Roh Moo-hyun, su mentor, que estuvo en el Estado vecino en 2007.
La cumbre "será una ocasión importante para acelerar aún más el desarrollo de las relaciones intercoreanas que dan vuelta una nueva página de la historia", estimó la agencia oficial norcoreana KCNA.
Esa visita, poco frecuente, es una nueva señal del deshielo en la península, que ya permitió una primera cumbre intercoreana en abril, en la localidad de Panmunjom, situada en la zona desmilitarizada que separa a las dos Coreas.
El encuentro, que duró unas dos horas, se celebró en la sede del Comité Central del Partido de los Trabajadores, tal y como mostraron imágenes enviadas por los periodistas surcoreanos presentes, un grupo tremendamente reducido dada la negativa de Corea del Norte a expedir visados a medios extranjeros para cubrir la cumbre.
(Con información de EFE y AFP, fotos de Reuters y AFP)
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