La nueva cápsula CST-100 Starliner (Crew Space Transportation) es un diseño de nave espacial propuesto por Boeing en colaboración con Bigelow Aerospace para el programa CCDev (Commercial Crew Development Program) de la NASA.
Su misión principal será la de transportar tripulación a la Estación Espacial Internacional y a estaciones espaciales privadas, como la futura Commercial Space Station propuesta por Bigelow Aerospace.
Con esta nueva nave, los EEUU tendrán la posibilidad de colocar sus astronautas en el espacio, ya que desde la finalización de los vuelos de los transbordadores espaciales en 2011, dependen de Rusia para hacerlo, pagando millones de dólares por ello.
La cápsula tiene un diámetro de 4,56 metros, pero aún no se ha decidido con qué cohete debe ser lanzada al espacio, así que deberá ser diseñada para ser compatible con el Falcon 9, el Delta IV y el Atlas V.
Está diseñada para ser capaz de transportar hasta siete personas, permanecer en órbita hasta siete meses y ser reutilizada hasta en diez misiones.
En la primera fase de su programa CCDev, la NASA le otorgó a Boeing 18 millones de dólares para el desarrollo preliminar de la nave. En la segunda fase de Boeing se adjudicaron 93 millones de dólares para el desarrollo adicional.
El de agosto de 2012, La NASA anunció la adjudicación de 460 millones dólares a Boeing para continuar el trabajo en el CST-100 bajo el programa CCiCap (Commercial Crew Integrated Capability).
El 16 de septiembre de 2014, la NASA seleccionó el CST-100, junto con el Dragon 2 de SpaceX, para el programa Commercial Crew Transportation Capability (CCtCap), adjudicándole 4,2 billones de dólares.
Los primeros vuelos de prueba tripulados, que utilizarán los vehículos Cw-100 Starliner y Crew Dragon de SpaceX, están actualmente programados para 2019.
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