Es el tema de conversación en las calles de Uruguay y de sus países vecinos, de donde salen los miles de turistas que cada verano van a pasar unos días a Punta del Este. Muchos no pueden creer la truculenta historia de muerte, traición y lujuria, que tiene como protagonista a un matrimonio que administraba una mansión swinger en el barrio de Beverly Hills.
Lulukhy Moraes, de 38 años, fue arrestada por el asesinato de su ex esposo, el profesor de inglés Edwar Vaz, de 45 años, perpetrado por dos sicarios el pasado 9 de julio a la noche. La causa sería una millonaria disputa que tiene en el centro de la escena los recursos que durante años generó "Gypsy Queen", donde se realizaban fiestas sexuales por las que había que pagar sumas importantes para participar.
En las últimas horas se conoció que Lulukhy quería vender la mansión que ella misma había erigido en 2004 junto a una amiga a quien definió como su "compañera de vida". Lo curioso es que, según su relato a la prensa uruguaya, ya la había vendido en 2012 a un magnate brasileño por 1,3 millones de dólares. Aunque con una salvedad: el comprador la contrató para que continúe como "administradora" junto a Vaz, que en ese momento seguía siendo su marido, y su amiga.
Erigida en un terreno de 1.049 metros cuadrados, la mansión se compone de dos casas, que en total tienen diez dormitorios y diez baños. "Enclavada en el corazón de Beverly Hills, el barrio más glamoroso de Punta del Este y de América del Sur, es el mejor camino entre el deseo y la conquista", sostenía en la publicación que la ofrecía.
La hija del "príncipe internacional de los gitanos" ofrecía una descripción detallada de la propiedad, que se destaca por sus dormitorios temáticos. La suite principal, por ejemplo, es un autohomenaje: se llama "Lulukhy". Entre las más llamativas están "Ferrari", que tiene una cama con la forma de un auto de lujo, y "Leopardo", decorada enteramente con un estilo animal print.
Completan la decena de cuartos "Golden", "Princess", "Cristoforo Colombo", "Classic", "Winnie the Pooh", "Green" y "Versace". Cada uno tiene a su vez un baño con ducha escocesa, sauna e hidromasaje.
Lulukhy se reconoce como gestora de las orgías en la mansión, pero niega su responsabilidad en el asesinato Vaz, a quien acusa de haberla explotado sexualmente por años. "Tanto yo como mi amiga nos prostituimos obligadas. Después de nueve años intenté divorciarme pero nunca pude. Él era un tipo muy chiquito, pero con ideas nazis y estaba armado".
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