Este viernes, un ex buzo de la marina tailandesa falleció ayudando a doce niños y un adulto atrapados en una cueva en el norte de Tailandia, donde las autoridades avisaron que el tiempo para evacuarlos era "limitado".
La muerte del socorrista muestra la dificultad de una evacuación sin poner en peligro la vida de los niños y de su entrenador de fútbol, atrapados desde hace trece días en la cueva de Thuam Lang.
Crece el pesimismo entre las autoridades tailandesas después de la alegría provocada por el descubrimiento este lunes de que los menores continuaban en vida.
La marina tailandesa ha insinuado que posiblemente los socorristas no tendrán otra opción que intentar un rescate complejo y peligroso. El tiempo para sacarlos de la cueva es "limitado", reconocieron las autoridades tailandesas.
"En un principio pensábamos que los niños podrían quedarse durante mucho tiempo. Pero la situación ha cambiado y ahora nos queda un tiempo limitado", declaró ante la prensa el jefe de los comandos de la marina, Apakorn Yookongkaew, uno de los responsables de la célula de crisis.
Yookongkaew también explicó que han repartido botellas de oxígeno a lo largo de la cueva para intentar aprovisionar a los niños y sus acompañantes, entre ellos, su entrenador de fútbol. Pero no precisó si intentarán rescatarles este viernes, un día en el volverán a caer lluvias monzónicas en esta región montañosa de Tailandia.
Este anuncio se produce pocas horas después de la muerte del buzo tailandés. "Tras haber entregado una reserva de oxígeno, a su vuelta, no tuvo suficiente oxígeno", anunció el vicepresdiente de la provincia de Chiang Rai, Passakorn Boonyaluck.
Este ex miembro de los comandos de la Marina tailandesa "perdió el conocimiento en el camino de vuelta, su compañero de buceo intentó ayudarle y llevarlo", precisó el jefe de los comandos de la Marina.
"Aunque hayamos perdido a un hombre, seguimos teniendo fe en nuestra misión", aseguró, con la voz temblorosa, el viernes por la mañana.
La tragedia recuerda la dificultad del camino que hay que recorrer, bajo el agua, hasta llegar a los doce niños y su entrenador de fútbol, bloqueados en esta cueva inundada.
Los socorristas trataban el viernes de avanzar al máximo en sus preparativos de evacuación antes de que retorne la lluvia, según las previsiones.
Esperan poder, con ayuda de bombas, que el nivel del agua baje a tiempo lo suficiente como para que los niños puedan salir de allí sin tener que bucear o haciéndolo en momentos contados.
Fotos de las agencias AP, Reuters y AFP
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