El cherry blossom o florecimiento de los cerezos, el espectáculo natural que se produce cada año durante el cambio de invierno a primavera en Washington, se completó confirmando una tardía salida del frío que ha retrasado el proceso.
Después de un cálido final de febrero y un marzo más gélido de lo normal, la explosión de la floración de los cerezos que se encuentran en torno a un pequeño lago de la capital estadounidense simbolizó el fin de las frías temperaturas, que se habían prolongado en la ciudad con nevadas pese al inicio de la primavera.
El Servicio Nacional de Parques, a tenor de las temperaturas registradas, había confirmado a comienzos de esta semana que a partir de hoy tendría lugar la floración máxima, cuando esta afecta al menos al 70% de los cerezos.
Al menos hasta el próximo domingo, los árboles mantendrán este espectacular aspecto, aunque puede permanecer hasta un máximo de dos semanas.
Aunque la fecha en la que suele producirse este fenómeno tiende a ser en los últimos días de marzo, esta ya se había dado en repetidas ocasiones en los primeros días de abril, como entre 2013 y 2015.
Regalados por Japón como símbolo de amistad, más de 3.500 cerezos fueron plantados en 1912 en los alrededores del lago Tidal Basin, en la zona monumental de Washington, y cada año florecen en una fecha, de acuerdo con el clima y los rigores del invierno, entre finales de marzo y comienzos de abril.
En 1965, el Gobierno japonés renovó el regalo y envió otros 3.800 árboles, cuya vida oscila entre 25 y 50 años, con el lema "El regalo que es dado cada año", en clara alusión al florecimiento de los cerezos cada primavera.
También en China la primavera se abrió paso en los cuatro puntos cardinales del país.
En Guizhou, al suroeste, los cerezos en flor se confunden con un océano rosado que se extiende por las montañas. A veces se mezcla con el amarillo de las flores de colza. Una maravilla multicolor que alimenta los 5 sentidos.
En la ciudad de Anshun juegan a ponerles cara. Mientras amarillo y verde se funden a lo largo de sus campos.
Al norte de China, en Jishan, el blanco y el rosa de sus albaricoques en flor comparten el trono del color en su provincia. Desde las laderas hasta las cimas.
La primavera llegó oficialmente también en Tokio, después de que la agencia japonesa de meteorología decretara que los cerezos estaban en flor.
Los expertos de la agencia, que estudian los cerezos del templo de Yasukuni, comprobaron que las primeras flores habían eclosionado nueve días antes de la fecha habitual.
Durante dos semanas, la temporada de floración de los cerezos llenó las calles, los patios de las escuelas y los templos de rosa y blanco, marcando la llegada de la primavera.
"Temperaturas apacibles a finales de febrero y primeros de marzo aceleraron la eclosión de los botones de las flores", explicó a la prensa un responsable de la agencia meteorológica, en el templo de Yasukuni, en el centro de Tokio.
La llegada oficial de la primavera a la capital estaba en portada de los medios japoneses, y las compañías de previsiones meteorológicas multiplicaban los pronósticos para las demás grandes ciudades del país.
En Tokio, la floración alcanzó su apogeo esta semana y dio lugar a multitud de encuentros, a veces con abundante alcohol, entre familias, amigos y colegas de trabajo en los parques de la ciudad.
También los cerezos florecieron en las ciudades de toda Europa.