El primer ministro de la India, Narendra Modi, y el presidente, Ram Nath Kovind, encabezaron este martes en Nueva Delhi un acto oficial para recordar el 70 aniversario de la muerte de Mahatma Gandhi, un ícono del pacifismo y "padre" del país cuya muerte aún inspira sospechas.
La ex presidente del Partido del Congreso Sonia Gandhi, de la dinastía Nehru-Gandhi, y el ex jefe del Ejecutivo Manmohan Singh, de esa misma formación política, también estuvieron presentes en Rajghat, donde se erige la plataforma de mármol negro en el lugar donde fue incinerado el adalid de la lucha pacifista.
El presidente realizó un saludo de honor al monumento en memoria de Gandhi y depositó pétalos de rosa sobre la plataforma, hasta donde se acercaron también la ministra de Defensa, Nirmala Sitharam, y el jefe del Ejército, Bipin Rawat.
Otros, como el líder de la oposición, Rahul Gandhi, del Partido del Congreso, le rindieron tributo en el lugar donde el 30 de enero de 1948 el padre de la patria recibió tres tiros por parte del integrista hinduista Nathuram Godse y que hoy forma parte de un museo.
En Connaught Place, en el centro de la capital, se dispararon, como cada año, dos cañonazos en honor de Gandhi, sobre quien además se han organizado proyecciones de documentales y presentaciones de libros.
Nacido el 2 de octubre de 1869 en el actual estado de Gujarat, en el oeste de la India, Gandhi cursó estudios de Derecho en Inglaterra y vivió en Sudáfrica antes de liderar la lucha no violenta por la independencia india del Imperio británico, obtenida en 1947.
Ícono de la paz, Gandhi hizo de la "no violencia" o desobediencia civil una estrategia de lucha contra el Imperio británico, abogó por acabar con la injusticia perpetuada por el sistema hindú de castas y fue un firme defensor de la armonía interreligiosa.
La sombra de su asesinato se sigue cerniendo sobre el Tribunal Supremo de la India 70 años después del suceso por una petición de un particular para que se reabra el caso frente a la que se oponen los familiares del padre de la patria, cansados de las teorías de conspiraciones.
En 1948 el integrista hinduista Nathuram Godse disparó tres veces a bocajarro al adalid de la lucha pacifista cuando este iba a dar un discurso ante una multitud en el jardín del palacio Delhi en el que vivía y ha sido convertido en museo.
Godse, asesino confeso, y su colaborador Narayan Apte, que siempre insistió en su inocencia, fueron ejecutados por la muerte del "padre de la patria" el 15 de noviembre de 1949.
Sin embargo, el ingeniero Pankaj Phadnis no está conforme con ese final.
La casualidad llevó a Phadnis a alquilar en 1996 la antigua vivienda de uno de los acusados por el caso, V.D. Savarkar, posteriormente absuelto, y con la entrada en su nuevo hogar en Bombay le asaltó la curiosidad por el caso comenzando una investigación personal de dos décadas.
Consultó documentos en registros indios y británicos y habló con diversas fuentes y su conclusión fue que el asesinato, uno de los más famosos de la historia, no se investigó hasta el fondo.
Phadnis, acusado de estar vinculado con la extrema derecha india, alega que hay una serie de pruebas que no fueron tenidas en cuenta y cree que pudo haber un segundo asesino y una supuesta cuarta bala disparada desde un arma distinta a la de Godse, quien, de acuerdo con la versión oficial, disparó las tres balas que impactaron en el cuerpo de Gandhi.
El móvil del crimen, en opinión de Phadnis, fue evitar un presunto viaje de Gandhi a Pakistán y detrás habría estado, por tanto, alguien que no quería una mejora en las relaciones entre los dos países, separados un año antes con el fin de la época colonial británica.
"Los británicos tenían el móvil porque iban hacia una bancarrota financiera y tenía sentido para ellos crear enemistad entre la India y Pakistán, para poder exportar tanto a la India como a Pakistán", explica el ingeniero.
Las conjeturas de Phadnis no convencieron al Tribunal Superior de Bombay, que desestimó su solicitud de que se reabriera la investigación.
El investigador ha seguido hasta la máxima instancia para que el Supremo estudie su petición, que decidirá el 19 de febrero. Pero las valoraciones previas apuntan a una nueva desestimación.
(Con información de EFE y AFP)
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