Autoridades de manejo de desastres de la provincia de Albay, donde se ubica el Monte Mayón, indicaron que hay 30.000 personas en los centros de evacuación.
Las autoridades incrementaron el lunes el nivel de alerta a cuatro en una escala de cinco, lo que significa que una violenta erupción es posible en las próximas horas o días. Se expandió la zona de peligro a ocho kilómetros del cráter, con lo que se afectó a miles de residentes adicionales.
No hay reportes de personas muertas o heridas. Se ha ordenado que los aviones permanezcan alejados del cráter y se han cancelado varios vuelos debido a las cenizas.
El volcán más activo de Filipinas expulsó una enorme columna de fragmentos de lava, cenizas y humo en una ensordecedora erupción el lunes e hizo que miles de personas regresaran a los centros de evacuación y se emitió una alerta de que una explosión mayor era inminente.
La explosión registrada al mediodía del lunes arrojó entre 3,5 y 5 kilómetros de lava sobrecalentada, rocas fundidas y vapor al cielo, que luego descendieron por las laderas del Monte Mayón y se esparcieron en las aldeas cercanas en medio de la oscuridad, dijo Renato Solidum, del Instituto de Vulcanología y Sismología de Filipinas, junto con otros funcionarios.
Desde el cráter, los escombros se elevaron cerca de 3 kilómetros (1,8 millas) y cayeron por la ladera sur del Mayón, rumbo a una zona de peligro restringida.
La erupción fue la más grande desde que el volcán comenzó a tener actividad hace más de una semana.
Debido una erupción relativamente menor la semana pasada, miles de personas dejaron los refugios de emergencia y regresaron a sus comunidades en la ciudad de Legazpi, ubicada a las afueras de la zona de peligro.
Sin embargo, la explosión del lunes envió a casi 12.000 residentes de regreso a los centros de evacuación.
A los aviones se les ordenó mantenerse alejados del cráter y debido a las columnas de ceniza varios vuelos fueron cancelados.