Una galaxia de estrellas y suertudos fanáticos se concentró en el centro de Los Ángeles, convirtiéndose en los primeros en el mundo en ver el octavo episodio de la saga espacial fuera de la producción, unos días antes de su estreno mundial y después de un año de una incesante campaña publicitaria.
Cuarenta años después del estreno del primer episodio, la marca "Star Wars" se ha revalorizado. A pesar de los 10 años que transcurrieron entre el episodio III "La venganza de los Sith" (2005) y el VII "El despertar de la fuerza" (2015), el entusiasmo de los seguidores permaneció intacto gracias a series de televisión, películas animadas y una avalancha de productos derivados.
"Los últimos Jedi", escrita y dirigida por el estadounidense Rian Johnson, llega en un momento de máximo explosión de la franquicia.
El cineasta hizo subir al escenario a todos los actores y rindió un emotivo homenaje a Carrie Fisher, la inolvidable Princesa Leia que falleció de un ataque al corazón en diciembre del año pasado a los 60 años.
Los 6.300 invitados a la proyección, entre ellos miles de fans que lograron una entrada para el pase especial, se unieron en un ruidoso aplauso cuando Fisher apareció en la pantalla. La actriz ya había rodado sus escenas en el film cuando murió.
Esta nueva entrega, filmada en la costa oeste de Irlanda y en los estudios Pinewood de Londres, gira entorno a la lucha entre Rey (Daisy Ridley), la heredera de los Jedi, y Kylo Ren (Adam Driver), la principal amenaza del Imperio.