Las conmemoraciones del segundo aniversario de estos ataques reivindicados por el grupo Estado Islámico comenzaron frente al Estadio de Francia, el primero de los seis lugares atacados por tres comandos que sembraron el terror en la capital francesa y conmocionaron al país.
Allí, Macron, acompañado de su esposa Brigitte, depositó una corona de flores en memoria de Manuel Dias, un portugués de 63 años que murió cuando un kamikaze se hizo estallar en las afueras del recinto durante un partido de fútbol.
Siguiendo el orden cronológico de los ataques, el mandatario centrista, acompañado de su predecesor, François Hollande, y de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, se dirigió hacia los bares y restaurantes del noreste de la capital donde murieron 39 personas por las balas de los yihadistas.
Las conmemoraciones concluyeron en la sala de conciertos Bataclan, donde uno de los comandos irrumpió durante un concierto de la banda estadounidense Eagles of Death Metal y masacró a 90 personas.
"Nunca he vuelto a entrar", dijo a la AFP un superviviente del Bataclan que se identificó como Patrice. "Pero es importante venir, por todas las víctimas, aquellos que no salieron vivos y todos los heridos", agregó.
Dos miembros del grupo californiano realizaron el lunes un concierto sorpresa. El cantante Jesse Hughes, visiblemente conmovido, entregó rosas blancas a los familiares de las víctimas después de cantar "Save A Prayer", la última canción completa que el grupo interpretó antes de que comenzara el tiroteo.
"Es difícil no acordarse de todas las personas que murieron (…) pero esa noche vimos las más bellas demostraciones de amor que pueden existir. Algunos dieron la vida por sus amigos", declaró el artista al canal BFMTV.
Macron participó también en un acto frente a la alcaldía del distrito XI de París en la que se soltaron docenas de globos multicolores en honor a los muertos.
Los familiares de las víctimas fueron invitados a participar en los homenajes, pero no todos aceptaron. Elisabeth Boissinot, madre de una joven que murió en la terraza del bar Le Carillon, rechazó la invitación. En Facebook criticó lo que considera como "una vuelta de honor" de las autoridades antes de "volver a olvidar" a las víctimas.
Salah Abdeslam, el único hombre directamente involucrado en los ataques que sobrevivió, se niega a hablar y quienes ordenaron los ataques siguen impunes.
El hijo de Manuel Dias, Michaël, asistió al homenaje, pero se negó a saludar al presidente, en protesta por el cierre de la Secretaría de Asistencia a las Víctimas, decidido por Macron. "Nos han olvidado por completo", dijo a los periodistas.
Algunos residentes expresaron su pesar por la poca afluencia de ciudadanos en las ceremonias de aniversario. "Quizás la vida es más fuerte que todo lo demás pero la pérdida de memoria es muy triste", estimó indignada Francie Best, de 86 años. Para esta profesora de filosofía ahora jubilada "la solidaridad que hizo que se volviera a levantar el barrio desapareció poco a poco", lamentó.
Los atentados del 13 de noviembre de 2015 cambiaron profundamente a Francia, que adoptó el mes pasado una controvertida ley antiterrorista que otorga a las autoridades amplios poderes para allanar viviendas, cerrar lugares de culto y restringir los movimientos de presuntos extremistas.
Los ataques de París fueron parte de una serie de ataques yihadistas que han dejado más de 240 muertos en Francia desde inicios de 2015, que comenzó con un tiroteo en la revista satírica Charlie Hebdo.
Dos años después, la extensa investigación policial sobre los ataques de París continúa, pero Salah Abdeslam, el único hombre directamente involucrado en los ataques que sobrevivió, se niega a hablar y quienes ordenaron los ataques siguen impunes.
Los demás miembros de la célula responsable de los ataques fueron abatidos o murieron en ataques suicidas.
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Con información de AFP
Fotos: AFP, REUTERS y EFE