Los tatuajes de los sobrevivientes del atentado en el Bataclan para "volver a aprender a vivir"

Docenas de sobrevivientes de los atentados de París del 13 de noviembre de 2015 se tatuaron para "nunca olvidar"

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Laura Levêque, de 32 años
Laura Levêque, de 32 años

Desde que estuvo "sepultada" bajo una montaña de cuerpos en la sala de conciertos parisina Bataclan, Laura Levêque tuvo la "impresión de llevar sobre sus hombros el peso de 130 cadáveres". Así que "¿por qué no inscribirlo en la piel?".

Al igual que ella, docenas de sobrevivientes de los atentados de París del 13 de noviembre de 2015 se tatuaron para "nunca olvidar" y "volver a aprender a vivir".

"Estuve empapada en sangre y carne. Los muertos se filtraron en mí", dijo a la AFP. Pero los tatuajes han ayudado a esta mujer de 32 años a "recuperar su cuerpo" y a "transformar el horror en algo hermoso".

Laura Levêque, 32, muestra su tatuaje: un cuervo, un eclipse y una serpiente que se muerde la cola
Laura Levêque, 32, muestra su tatuaje: un cuervo, un eclipse y una serpiente que se muerde la cola

Ahora tiene un enorme cuervo en el hombro, un eclipse, una serpiente que se muerde la cola, que simboliza el "ciclo de la vida", y "flores que crecen en un campo de batalla".

Tres meses después de la matanza a la que sobrevivió con apenas 19 años, Nahomy Beuchet exhibe en su brazo un dibujo del Bataclan, la fecha del ataque y las palabras "Peace, Love, Death Metal".

Ese es el título de un álbum de Eagles of Death Metal, la banda californiana que tocaba en el Bataclan cuando entraron los atacantes que masacraron a 90 personas.

El tatuaje de Nahomy Beuchet
El tatuaje de Nahomy Beuchet

Para la joven de 21 años, para quien ahora el tiempo es "un poco abstracto", el tatuaje es como "un ancla histórica", explica.

"Mi cicatriz"

"Es mi cicatriz", dice Manon Hautecoeur sobre el león y el lema de París "Fluctuat nec mergitur" ("Tocado, pero no hundido") que exhibe en su brazo.

"Cuando tus heridas son 'solo' psicológicas, tienes la impresión de no ser realmente una víctima, porque no tienes lesiones físicas", explica esta veinteañera que estaba cerca del restaurante Petit Cambodge, que también fue blanco de las balas de los terroristas.

Alexandra también decidió tatuarse el lema de París “Fluctuat nec mergitura”
Alexandra también decidió tatuarse el lema de París “Fluctuat nec mergitura”

Alexandra, una superviviente que prefirió no dar su apellido, recibió un disparo en el codo en el bar Carillon, frente al Petit Cambodge. Después de que le extrajeron la bala, insistió en tatuarse el emblema de París cerca de su cicatriz.

David Fritz Goeppinger, que sobrevivió al Bataclan, siente lo mismo. "No tenía una herida. Necesitaba algo", cuenta este joven de 25 años que lleva grabado en su brazo en números romanos la fecha de esa noche fatídica.

David Fritz Goeppinger, 25
David Fritz Goeppinger, 25

Estas mismas palabras están marcadas desde julio en el brazo de Rubén, que pasó seis meses hospitalizado. "Quería marcarlo, pero sin que fuese un letrero que dijera 'Estuve en el Bataclan'".

Ruben muestra su tatuaje de “Tocado, pero no hundido”
Ruben muestra su tatuaje de “Tocado, pero no hundido”

"El tatuaje es una forma de cambiar de piel, de metamorfosearse", explica David Le Breton, un sociólogo especializado en arte corporal. Permite a las personas "reapropiarse de la tragedia, honrar a los muertos y marcar el haber pasado cerca de la muerte".

Un ave fénix apareció tras el 13-N en el brazo de Stéphanie Zarev, de 44 años, donde fue alcanzada por metralla. Una "necesidad de marcar la piel" que "le recuerda que a pesar del horror de esa noche, todavía hay cosas bellas por vivir".

Stéphanie Zarev
Stéphanie Zarev

"Iluminar mis heridas"

Sophie recibió dos balas en su pierna y ahora no puede mover el pie. Se cubrió el muslo con una enorme Catrina, una de las representaciones de la muerte más conocidas en México y que se han popularizado en todo el mundo. Y añadió un girasol en su pie.

"No quería sublimar mis heridas, quería iluminarlas", sonríe esta morena de 33 años.

Maureen, que está trabajando en la creación de un álbum de fotos sobre tatuajes con el grupo de sobrevivientes de Life for Paris, se tomó un tiempo antes de decidirse a marcar su piel. Desde hace poco, lleva en su torso escrito "Sobrevivir: renacer, crecer y morir MÁS TARDE".

Sophie se tatuó una Calavera Catrina (simbolo del día de los Muertos en México)
Sophie se tatuó una Calavera Catrina (simbolo del día de los Muertos en México)

Floriane Beaulieu nunca olvidará la suerte que tuvo de salir viva del Bataclan, razón por la cual escogió tatuarse un "trébol de cuatro hojas, una paloma y la palabra 'esperanza' escrita dentro de un signo de infinito".

Ludmila Profit, 24, con su tatuaje
Ludmila Profit, 24, con su tatuaje

"Era viernes 13, eramos 13 amigos en la sala, y todos salimos vivos", cuenta Ludmila Profit. Esta chica de 24 años tenía ya un trébol tatuado detrás de la oreja. Después del ataque, le añadió el número 13 y la palabra "Fuck", para decir "a la mierda a los terroristas" y mostrar su "orgullo de poder vivir por aquellos que ya no están aquí".

Aquellos que perdieron a familiares o amigos también han pasado por la aguja. Florence Ancellin se tatuó una zanahoria en el tobillo, el apodo de su hija Caroline, que tenía 24 años cuando murió en el Bataclan.

Fanny, quien perdió su pareja Olivier en el ataque, se tatuó la frase “A veces necesitas dejar ir las cosas”
Fanny, quien perdió su pareja Olivier en el ataque, se tatuó la frase “A veces necesitas dejar ir las cosas”

Los tres hijos de Maryline Le Guen, que tenían entre 15 y 29 años, estaban todos en el concierto. El mayor, Renaud, nunca regresó a casa. Un mes después, sin decir nada a nadie, se hizo tatuar su nombre, para tenerlo siempre a su lado, expresó.

(Con información y fotos de AFP)

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