En una antigua oficina de correos en el corazón de Berlín, la empresa Flimmer reconstruyó habitaciones, restaurantes y mercados tal y como existían en tiempos de la República Democrática de Alemania (RDA), como antesala para la proyección de la película "Goodbye Lenin!", de 2003.
La experiencia interactiva, llamada "cine en vivo", busca crear un ambiente cargado de nostalgia e inmersión entre los espectadores y se ofrece entre el 1 y el 7 de mayo. Se trata de una actividad enmarcada en el festival Cine-Mania, que el año pasado hizo lo mismo con el documental "Eight Days a Week" sobre Los Beatles.
"Permisos, por favor," pide un oficial de la Stasi, la policía secreta de la Alemania comunista, a quienes ingresan a través de una puerta de metal que dice "Zona de Frontera, área restringida".
Los organizadores del evento han traído de vuelta a la vida a la RDA por el precio de 30 euros para que los visitantes recuerden o experimenten por primera vez la vida en el Estado totalitario, todo antes de presenciar la película protagonizada por Daniel Brühl.
En los pasillos de la vieja oficina de correos de 2000 metros cuadrados se pueden ver placas conmemorativas del Congreso del Partido Comunista y retratos del ex presidente de Alemania Oriental, Erich Honecker, mientras los guardias de la Stasi vigilan.
En una habitación sin ventanas, se puede observar a una secretaria que presiona furiosamente las teclas en una máquina de escribir, mientras que una falsa tienda vende clásicos productos del otro lado de la cortina de hierro, como la mostaza Bautz'ner y juguetes con el personaje de caricaturas Sandman.
Hay también un restaurante manejado por la extinta empresa de catering Mitropa, que ofrece tres platos en su menú: pepinos encurtidos, la pesada sopa rusa solyanka o el tradicional goulash.
Y para tomar se puede ordenar una Club Cola, la versión comunista de la Coca Cola, el cóctel Grüne Wiese o una copa de schnapps, típico aguardiente de frutas alemán.
Hay reglas que los visitantes no pueden sortear: deben llegar vestidos a la moda de la RDA y no se pueden tomar fotografías.
"Nos encanta escuchar a la gente decir que cuando ven la película se sienten transportados a otro mundo", contó Christopher Zwickler a la periodista Hui Min Neo, de la agencia AFP.
"Así que pensamos en llevarlo un paso más adelante, para que puedas tener una experiencia de cine en vivo en donde el espectador se convierte en protagonista por una noche", agregó.
La comedia dramática "Goodbye Lenin!" se estrenó en 2003 y cuenta la historia de un joven que intenta recrear la vida en la RDA para su madre, una defensora del régimen que despierta de un coma tras la caída del muro de Berlín.
El director del film, Wolfgan Becker, fue invitado al estreno de la experiencia, el 1 de mayo, y dijo que era "como estar un Disneylandia del oriente".
Por su parte Florian Balke, nacido en la RDA, llegó vestido con ropa de la década de 1980 y disfrutó del entusiasmo de aquellos que llegaron para revivir la vida en el este.
Pero rechazó también el fenómeno de la "Ostalgie", un término que combina "nostalgia" con la palabra alemana para "este", que en los últimos tiempos se ha vuelto popular en el país, sobre todo en las regiones más pobres que fueron parte de la esfera soviética.
"Personalmente estoy contento de que el muro ya no está y no querría vivir como antes", dijo el joven de 30 años. "Me gusta ver todo esto pero estoy más feliz de poder disfrutarlo en un país libre", agregó.
Zwickler explicó que el evento busca expandir la experiencia del cine en tiempos en que las personas cada vez más miran películas en sus hogares.
"Hay avances técnicos, el 3D está cada vez mejor, el sonido y la imagen mejoran. Pero hay otra tendencia que busca la inmersión profunda de las personas en la película", explicó.
Con información de AFP
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