El hombre de 70 años enciende su pipa, coloca un disco en su reproductor de vinilo y se sienta en su cama. O en lo que queda de ella. Es la rutina que en medio de escombros y devastación realiza cada día Mohammed Mohiedin Ani en su vivienda de Alepo, Siria, donde espera que la guerra termine y le devuelva su vida, la de un coleccionista de autos antiguos.
Pero cuando Joseph Eid, de la agencia AFP, se colocó frente a Mohammed en su habitación para tomarle una serie de fotografías, no sospechaba que una de esas imágenes recorrería el mundo y se volvería viral. El fantasmagórico escenario en que se presentaba su alicaído modelo era dramático, pero no sospechó que se convertiría en un ícono de la ciudad. Es que su retrato era una contraposición a las miles de capturas de niños huyendo del infierno de Alepo que se ven a diario en las redacciones.
La historia de este hombre es el reflejo de lo que ocurre por estos días en la zona de guerra. Tenía treinta automóviles, pero un tercio de ellos fue robado o encontró la destrucción a su camino. Lo mismo ocurre con su vivienda. Y con su vida. Usa un reproductor de vinilo no porque sea un romántico, sino porque es mecánico y no necesita electricidad, un servicio de otra época en Alepo.
Sentado en su cama desordenada y llena de polvo, con sus ventanas rotas y rocas todo alrededor, coloca un disco de una vieja canción árabe interpretada por su cantante favorito, el sirio Mohamed Dia al Din. Enciende su pipa y "disfruta". Se abstrae de los problemas para escuchar la melodía que lo transporta a su pasado. Ese pasado que quiere que vuelva cuanto antes.
Eid lo observa con detenimiento y sabe que nunca olvidará a aquel hombre calmo en medio de la destrucción. "Cada vez que sienta o vaya a sentir cualquier tipo de desesperación o rendición a los problemas y obstáculos, siempre recordaré la imagen de Mohammed fumando su pipa mientras está sentado entre escombros en su cama escuchando su música favorita".
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