"El World Trade Center debería, dada su importancia, convertirse en la representación de la creencia del hombre en la humanidad, la necesidad de dignidad, su creencia en la cooperación entre los hombres, y a través de esa cooperación, su habilidad para encontrar la grandeza".
Las palabras corresponden a Minoru Yamasaki, el arquitecto que el 18 de enero de 1964 reveló al mundo cómo sería su proyecto cumbre en el corazón de Nueva York. Murió el 7 de febrero de 1986 sin sospechar en lo más mínimo que el terrorismo islámico derrumbaría su obra 16 años después. La había definido como "un símbolo viviente", ¿cómo podría sospechar que el fanatismo religioso la convertiría en escombros?
El lugar designado por la Autoridad Portuaria para su construcción fue el Bajo Manhattan, un área de la ciudad que hacia 1958 no estaba explotada lo suficientemente. El sitio en el cual se emplazaría el World Trade Center serían las manzanas comprendidas entre las calles West, Church, Liberty y Vesey.
En agosto de 1968 se comenzaría a levantar la primera de las torres: la Norte. La misma que el 11 de septiembre de 2001 sufriría el primero de los ataques de Al Qaeda. Meses después, en enero del año siguiente, se trabajaría sobre las bases de la Sur.
La culminación del primero de los edificios fue para Navidad. La ciudad estaba vestida con sus característicos adornos cuando los más de 100 pisos de la primera de las torres fueron terminados. Era el 23 de diciembre de 1970, poco más de dos años después del inicio de las tareas. Para julio del año siguiente ambas torres estarían listas.
Sin embargo, la inauguración oficial del complejo de oficinas más importante y más alto del mundo no se haría hasta el 4 de abril de 1973. Pocos años después abriría sus puertas uno de los más famosos restaurantes de Nueva York: Windows of the World, en los pisos 106 y 107 de la Torre Norte.
A lo largo de los años de vida de las Torres, Yamasaki vería cómo su obra se convertía en un ícono de la ciudad y del planeta. Las visitas a sus terrazas eran obligadas por los cientos de miles de turistas que visitaban Manhattan cada año. Siete años después de su muerte, el WTD sufriría el primer ataque terrorista.
El 26 de febrero de 1993, una furgoneta con 680 kilogramos de explosivos explotó en el aparcamiento subterráneo de la Torre Norte. Era la primera vez que era blanco de yihadistas. El 11 de septiembre de 2001, dos aviones terminarían con su historia.
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