Más de 30.000 tropas pertenecientes a la OTAN realizaron el mayor ejercicio militar en Europa desde el fin del comunismo en 1989, lo que provocó la reacción de un enfurecido Vladimir Putin, quien también movió sus fichas en el tablero oriental del continente.
Putin, quien comanda Rusia con mano de hierro, dispuso un despliegue militar en la frontera norte de Ucrania, lo que tensó la relación con ese país y encendió nuevamente las alarmas en la región. En Klintzy, se levantará una nueva base militar.
Los ejercicios militares de la OTAN comenzaron el martes, cuando miles de soldados estadounidenses descendieron en paracaídas cerca de la ciudad polaca de Torun. El espectáculo en el cielo recordó a más de uno al despliegue hecho durante la Segunda Guerra Mundial, en el Desembarco en Normandía. Otras 19 naciones participaron del operativo.
Las maniobras fueron espectaculares, y tanto habitantes del pueblo como periodistas pudieron presenciarlas: miles de paracaidistas, decenas de transportes anfibios y todo tipo de tecnología. Las tropas de la OTAN arribaron desde las diferentes bases que poseen los países miembros en todo Europa.
Estas operaciones fueron consideradas como una amenaza por las autoridades rusas. El portavoz de Putin, Dmitry Peskov señaló que la presencia militar multinacional en Polonia "no contribuye a la atmósfera de confianza y seguridad en el continente".