El histórico director del Festival de Viña del Mar, Sergio Riesenberg, quien estuvo a cargo de la transmisión televisiva del evento entre 1981 y 1990, además de criticar la organización del certamen, apuntando a una clara improvisación a tan sólo tres días de su inicio, pidió suspenderlo porque ‘’el país (Chile) no está preparado para cantar y bailar’', haciendo, además, una comparación negativa con el Ejecutivo chileno, encabezado por el Presidente Gabriel Boric. ‘’Esta edición es tan mala como el actual Gobierno’', declaró el ex director.
El otrora director del espectáculo agregó que los desastres naturales ocurridos en el sur de Chile, con los incendios forestales, es un elemento que los organizadores del Festival debieron considerar desde un principio para suspender el show, tal como aconteció en 2010, cuando se canceló la última noche de aquella edición debido al terremoto del 27 de febrero, sismo que afectó a la zona centro-sur del país.
“Yo creo que hay dos posibilidades. Una, que no se haga. Con un país en las condiciones que está en Chile, ardiendo, con lo que acaba de vivir Viña del Mar, donde hay posibilidades de que esto vuelva a ocurrir, yo no lo haría porque el país no está preparado para cantar y bailar. Las cosas tienen su momento y su oportunidad”, inició Riesenberg, quien de todos modos teorizó una segunda opción, en caso de realizar el que el mayor evento musical del verano en Latinoamérica.
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“Bueno, yo lo suspendería. Y si yo hubiera hecho otra cosa, en caso que haya que hacerlo, yo voy con sólo artistas chilenos. Solamente chilenos. Y a los artistas internacionales (debido a que el show se emite en otros países) los traigo al jurado y los hago cantar tres canciones, como lo hacía yo. Siempre hay posibilidades. Acuérdense que el 2010 hubo un terremoto y no hicimos la última noche del Festival. Entonces, hay razones de fuerza mayor”, afirmó el ex director.
Respecto de la renuncia de Mauricio Correa, productor ejecutivo de la edición 2023 del Festival, el director televisivo explicó que habría tomado la misma decisión. “Yo haría lo mismo que él, también renunciaría. O sea, entre el despelote que esto significa y bajo las circunstancias que vive el país, yo no hubiera dirigido el Festival. Hace mucho rato que hubiera renunciado”, señaló, al paso que insistió en que “Chile no está para hacer un festival de proyección internacional.
“Creo que Chile tiene otras prioridades, tiene que resolver otras cosas antes de hacer un festival. Tú no puedes hacer un festival con la gente que se le están quemando las casas, que no tienen qué comer, que no hay agua, que se echa a perder el avión y hay que traer un repuesto. No, hay otras prioridades. Chile está viviendo otro tipo de situaciones”, enfatizó Riesenberg.
A su vez, el también cineasta chileno, cuestionó la gran cantidad de artistas de música urbana, trap y reggaeton, que forman parte de la parrilla del Festival de Viña del Mar 2023. ‘’Tú tienes que hacer un Festival con artistas que sean de un gusto general. Con un gran artista que sea aceptado por los jóvenes, admirado y respetado por los mayores. Y que se traigan números juveniles que no molesten al público mayor. ¿Qué tiene que ver el reggaeton con gente que tiene más de 50 años? Es una música que ni siquiera soportan’', sostuvo.
Finalmente, comparó el evento con el Gobierno chileno: “Si me permites decirlo, el festival es tan malo como el actual gobierno que tenemos… estamos improvisando”, dijo, aclarando que “yo le tengo una gran simpatía a (Gabriel) Boric, creo que está lleno de buenas intenciones, pero hay que llevarlas a cabo”, sentenció.
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