La actriz Kirstie Alley murió la noche de este lunes a los 71 años, después de perder la lucha contra el cáncer de colon.
“Nos entristece informarles que nuestra increíble, feroz y amorosa madre falleció después de una batalla contra el cáncer, recientemente descubierto”, escribieron los hijos de Alley, True y Lillie Parker, en un comunicado que se compartió en las redes sociales de Alley.
“Ella estaba rodeada de su familia más cercana y luchó con gran fuerza, dejándonos con la certeza de su alegría interminable de vivir y de cualquier aventura que le espere. Tan icónica como fue en la pantalla, fue una madre y una abuela aún más increíbles”, añade el texto.
El anuncio, que recibió miles de likes en la cuenta de Instagram de Alley, expresa el agradecimiento de los familiares de la actriz con el equipo de médicos y enfermeras del Moffitt Cancer Center por su cuidado.
LA ENFERMEDAD
El cáncer de colon es el tercer cáncer más común en el mundo, con alrededor de 2 millones de casos nuevos cada año. La mayoría de los pacientes son diagnosticados cuando el tumor aún se encuentra en el colon o el recto. Estos tumores se extirpan mediante cirugía y, en muchos casos, se tratan con quimioterapia en un intento de prevenir la recaída. Sin embargo, entre el 20% y el 35% de los pacientes, el cáncer reaparece en forma de metástasis en otros órganos vitales.
Luego del cáncer de pulmón, el cáncer colorrectal (CCR), es el segundo tumor más mortal del planeta, con un millón de fallecimientos al año.
Sin embargo, NBC News explicó que el cáncer de colon puede ser difícil de diagnosticar, ya que los síntomas pueden parecerse a los de otras afecciones, como las hemorroides o el síndrome del intestino irritable.
Casi el 90% de los pacientes con cáncer colorrectal tienen 50 años o más, por lo que los médicos recomiendan que todas las personas mayores de 45 años se hagan una colonoscopia cada 10 años.
Pero los diagnósticos en adultos más jóvenes han ido en aumento: los nuevos casos de cáncer colorrectal aumentaron más del 2% cada año entre las personas menores de 50 años entre 2012 y 2016, según la Sociedad Estadounidense del Cáncer.
Los primeros signos de la enfermedad pueden incluir sangrado rectal o cambios en las deposiciones, como estreñimiento o diarrea. Los pacientes con enfermedad más avanzada también pueden experimentar dolor abdominal, fatiga, anemia, pérdida de peso o disminución del apetito.
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