Hace 31 años, cuando el rock dominaba en España con bandas como Héroes del silencio y Celtas Cortos, un proyecto de música electrónica -ritmo novedoso por entonces- emergió en las radios con temas como De qué me sirve llorar y El cielo no entiende, y su cantante, Jordi Sánchez saltó del anonimato a la fama y los conciertos.
En conversación con Infobae México, el vocalista que encuentra “magia y emoción” en la música generada por computadoras y sintetizadores habló de sus influencias y su relación con el electropop hecho en el país, a propósito de su próxima presentación en Ciudad de México.
“Más que un concierto, quiero que sea una fiesta. Me gusta mucho la complicidad desde el momento uno y repasar estos 30 años de carrera”, cuenta sobre el show que ofrecerá este sábado 19 de noviembre en el Salón La Maraka, y en el que presentará en vivo sus hits, algunos de los cuales comenzó creando en su habitación a los 11 años, cuando experimentaba con los teclados, influenciado por bandas como Depeche Mode, Eurythmics y Yazoo.
“Apostamos por la tecnología hace 30 años y nos miraban como bichos raros cuando hacíamos música electrónica y ésta no ha gozado siempre de muy buena salud, hasta que Depeche Mode sacó Violator fue que la gente empezó a prestar más atención.
“Ellos han sido como los Beatles, una banda que ha influenciado a OBK y ha hecho posible que la electrónica tenga un respeto que quizá en los años 80 no tenía”, expresa el malagueño de 54 años, para quien la música electro es un crisol de posibilidades.
“Hay algo de Eurodance en OBK. La electrónica siempre me ha gustado, quizá la que menos me atrae es la instrumental, la chill. Vengo más que del Eurodance, del Italo Disco, cuando eres un chaval te influencia todo lo que escuchas”.
Y es que tras uno de sus primeros éxitos en España, el tema Historias de amor de 1992, un grupo en México popularizó la canción al grado de que, tiempo después, Jordi notó que el público mexicano creía que la canción era original de Chacho Gaytán y Alessandra Rosaldo.
“Fue una sorpresa cuando nos informaron que había un grupo en México que estaba rehaciendo Historias de amor y que estaban teniendo muchísimo éxito, nosotros no sabíamos nada, no nos habían pedido permiso... Siempre que íbamos a México la gente pensaba que nosotros la versionábamos. Pero estamos agradecidos con Sentidos opuestos, de que hayan hecho popular una canción nuestra, por supuestísimo es un hit que conoce todo mundo en España y en México”.
Con quienes Jordi sí tiene una relación más estrecha es con la banda Moenia, con la que encuentra diferencias en medio de las posibilidades que ofrece electropop.
“He seguido muchísimo de cerca a Moenia por amistad, porque nos conocemos desde el 95, Aleks Syntek también me pareció interesante en su momento, ahora estoy alejado”, contó el músico que desestima las comparaciones con los mexicanos, al ser percibidos por el público como proyectos similares.
“Somos grupos diferentes, venimos de las mismas fuentes, pero cada uno tiene su personalidad, OBK y Moenia se parecen en que hacen pop electrónico, pero cada uno tiene su manera diferente de hacerlo y la actitud es diferente, aunque formamos parte de la misma familia”.
Al ser influenciado desde pequeño por la banda liderada por el inglés David Gahan, era inevitable la pregunta “¿Considerarías que OBK son los Depeche Mode de España?”
“No, porque yo siempre he jugado a intentar ser ellos, nunca he sido ellos. Me he dado cuenta de que yo canto como canto, compongo como compongo, y por mucho que quiera, no. He sido siempre muy sincero con mis influencias...”, destacó.
“Siempre me ha influenciado lo que se hace en Inglaterra, me parece más interesante, en Alemania, en la escena europea siempre me ha atraído... El nombre OBK viene de un tema instrumental que se llama Oberkorn, con eso lo digo todo”
“Lo realmente fascinante y catalizador de que yo me dedicara a hacer música con sintetizador fue Depeche Mode, es mi razón de ser, como digo en una de mis canciones, OBK no exisitiría sin Depeche Mode porque de alguna manera como chaval intentas jugar a ser ese ídolo”.
Y es que aunque actualmente la música electrónica sigue siendo un movimiento importante, el auge del reggaetón a nivel mundial es un signo de esta época, de la que Jordi Sánchez aprovecha la inspiración para seguir alimentando el sonido de OBK.
“Cada persona tiene un ADN distinto, no me voy a volver loco porque el urbano es el estilo que está triunfando ahora mismo, de hecho hay cosas muy interesantes, hay música electrónica también, lo importante es llevar todo a tu terreno”, dijo respecto al género del que también en España han surgido exponentes mundiales.
“Me parece fantástico lo que hacen Rosalía y C. Tangana, aunque no tiene nada que ver con la electrónica, pero a nivel de producción hay cosas brillantes, como curioso que soy me gusta observar aunque no es lo que yo haría. No estoy en el mundo de música urbana, pero sí que hay música interesante”.
Viendo su carrera en retrospectiva Jordi agradece que se haya conjugado el talento, el factor de suerte y la época que le tocó vivir generacionalmente, pero mantiene la ilusión de seguir brindando al frente de OBK, muchos años más de electropop “emocional”.
“Mi sueño se ha cumplido con creces. Mis primeros discos fueron en casette o en vinilo, ahora todo es streaming... Tampoco me gusta ser abanderado (de la defensa de la electrónica), el arte tiene que emocionar sinceramente, OBK ha vendido millones de discos en mi país, llevo 30 años viviendo de la música. Si he hecho algo bueno ha sido emocionar al oyente, como creador eso es importantísimo, sea cual sea tu estilo”.
SEGUIR LEYENDO: