Tras el estreno de My Mind & me, un documental sobre la vida de Selena Gomez, se revelaron muchos aspectos sobre la salud mental de la cantante, aunque ella se mostró en facetas vulnerables, reveló que no sabía si era el momento ideal para contar su historia.
La carrera de Selena Gomez comenzó cuando ella era una niña, pasó por importantes programas como Barney y Los Hechiceros de Waverly Place que la fueron catapultando hacia proyectos de Disney y otras productoras, los cuales eran cada vez más grandes.
En conversación con la revista Rolling Stone, Selena Gomez mencionó cómo fue que vivió su diagnóstico de bipolaridad, la forma en que la afectaron los medicamentos que tomaba —algunos de ellos ni siquiera eran los indicados—, a qué edad empezó a manifestar síntomas y la serie de decisiones que tomó, entre ellas, el permitir que el cineasta Alek Keshishian documentara diversos aspectos de sus enfermedades.
El propio documentalista habló recientemente sobre la confianza que la intérprete de Same Old Love depositó en su trabajo. Cabe señalar que fue a los 24 años cuando le autorizó grabar absolutamente todo lo relacionado a su vida.
Fue en esa época cuando sintió que muchos de sus sueños tal vez no se cumplirían, pues en sus veintes fue cuando más alejada se sentía de casarse y formar una familia.
Selena Gomez reveló que ha estado en cuatro centros de rehabilitación y que sus altibajos emocionales podían durar semanas o meses, pero ella no podía identificar qué era lo que los detonaba. Para la revista Rolling Stone mencionó lo siguiente:
“Creo que cuando comencé a cumplir los veinte años fue cuando empezó a oscurecerse mucho, cuando empecé a sentir que no tenía el control de lo que sentía, ya fuera realmente bueno o realmente malo”.
Primeramente, la joven cantante empezó a sentirse deprimida, después continuó aislándose. “Entonces simplemente era que no podía moverme de mi cama. No quería que nadie me hablara. Mis amigos me traían comida porque me amaban, pero ninguno de nosotros sabía qué era. A veces pasaba semanas en la cama, hasta el punto de que incluso bajar las escaleras me dejaba sin aliento”, dijo para la revista Rolling Stone.
Aunque Selena Gomez no intentó terminar con su vida, era una idea en la que solía pensar frecuentemente, pues experimentaba sensaciones que le “decían” que todo estaría mejor si ella no estuviera ahí. Hacia 2018 también tuvo síntomas de psicosis, la cantante de 30 años mencionó que una de las etapas más “aterradoras” de este trastorno era que no sabía cuándo podría terminar.
Fue el diagnóstico de bipolaridad lo que ayudó a Selena Gomez a comprender lo que le había pasado, “Era solo que me había ido”, mencionó respecto al uso de medicamentos, aunque no detalló en profundidad, si mencionó que sentía como que una parte de su escencia ya no estaba con ella.
Después tuvo la oportunidad de conocer a otro médico que le retiró algunos de estos medicamentos y la “guió” para regresar y desintoxicarse. Aunque a la cantante de Calm Down le tomó un tiempo asimilar que vive con bipolaridad, le ayudó darse cuenta de que es algo que no se iba a ir.
Algunas de las revelaciones que hace el documental de la actriz y cantante son que no quería hacer su tour de 2016, que llevaba una complicada relación con su padre y su comentada relación con Justin Bieber.
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