Jennifer Lawrence está lista para su regreso cinematográfico tras un tiempo fuera para estar con su familia luego de convertirse en madre de su primer hijo Cy con su marido Cooke Maroney.
Después de alcanzar la fama de superestrella a principios de la década de 2010 con un papel protagónico en la franquicia “The Hunger Games” y una actuación ganadora de un Oscar en “Silver Linings Playbook”, la carrera de Lawrence tropezó levemente. En una entrevista para The New York Times sobre “Causeway”, largometraje que llegará a la pantalla de Apple TV+ el 4 de noviembre, Lawrence recordó cómo su buena amiga Adele trató de disuadirla de la película que muchos consideran el punto más bajo de su carrera: “Passengers”, el drama de ciencia ficción de 2016 en el que coprotagonizó con Chris Pratt.
“¡Adele me dijo que no lo hiciera!”, contó Lawrence al periódico. “Ella dijo: ‘siento que las películas espaciales son las nuevas películas de vampiros’”.
“Debería haberla escuchado”, reconoció la actriz de 32 años.
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La película de Lawrence y Pratt como viajeros en una nave espacial que se despiertan de la hibernación mucho antes de su llegada prevista se comercializó como un romance entre dos de las estrellas más grandes de Hollywood en ese momento, pero terminó siendo “una exhibición risible de dos horas del Síndrome de Estocolmo de ciencia ficción”, como lo expresó el crítico de EW Chris Nashawaty. A la producción no le fue mucho mejor, con la pésima crítica que recibió en el portal de Rotten Tomatoes.
Meses después del lanzamiento de “Passengers”, Pratt y el productor Neal Moritz continuaron defendiéndola, y Pratt dijo que las críticas a la película lo “tomaron realmente con la guardia baja” y que pensó que el producto final era “muy bueno”.
Lawrence, sin embargo, no se anda con rodeos. Hablando de los proyectos que no llegaron a los fanáticos ni a los críticos, dijo: “Yo estaba como, ¿quién dijo que esta era una buena película?’”. Durante ese período de su carrera, dijo, comenzó a sentirse “más como una celebridad que como una actriz, aislada de mi creatividad, mi imaginación”. ¡Si hubiera escuchado a Adele!”.
En una entrevista para Vogue en septiembre, Lawrence criticó la brecha salarial en Hollywood: “Me pagan menos por tener vagina”. Además, la actriz reveló que sufrió dos abortos espontáneos antes de dar a luz a su hijo en febrero de este año y que está peleada con su familia por ser republicanos.
La ganadora del Oscar dijo que quedó embarazada a los 20 años y “tuvo un aborto espontáneo sola en Montreal”. Volvió a quedar embarazada durante el rodaje de la comedia de Netflix de Adam McKay “Don’t Look Up” y sufrió un segundo aborto espontáneo.
Lawrence contó a la publicación sobre los abortos espontáneos que sufrió mientras discutía la anulación de Roe v. Wade, el histórico fallo sobre el aborto que derogó la Corte Suprema de los Estados Unidos.
La actriz expresó su indignación por el hecho de que las jóvenes en todo el país ahora enfrentan opciones limitadas. “Tuve un gran embarazo. Pero cada segundo de mi vida fue diferente. Y a veces pensaba: ¿y si me obligaran a hacer esto?”.
Lawrence procesó su drama familiar en terapia.
“Trabajé muy duro en los últimos cinco años para perdonar a mi papá y a mi familia y tratar de entender: son diferentes”, explicó. “He intentado superarlo y realmente no puedo. Ya no puedo tratar con personas que no son políticas. Vives en los Estados Unidos. Tienes que ser político. Es demasiado terrible. La política está matando gente”.
“Es demasiado personal para la existencia de una mujer ver a los hombres blancos debatir sobre el útero cuando no pueden encontrar un clítoris”, sentenció.
Lawrence agregó: “No quiero menospreciar a mi familia, pero sé que muchas personas están en una posición similar con sus familias. ¿Cómo puedes criar a una hija desde el nacimiento y creer que no merece la igualdad? ¿Cómo?”.
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La desigualdad es algo con lo que Lawrence ha tenido que lidiar en Hollywood, donde a menudo le han pagado menos que a sus coprotagonistas masculinos.
La actriz ganó mucho menos que sus coprotagonistas masculinos en “La gran estafa americana”, mientras que en 2021 recibió USD 5 millones menos que Leonardo DiCaprio en “Don’t Look Up”.
Lawrence cree que a todos los actores a menudo se les paga en exceso, pero eso no hace que la brecha salarial sea menos frustrante. “No importa cuánto haga. ¿Todavía no me van a pagar tanto como a ese tipo, por mi vagina?”.
No es fanática ni entiende bien el atractivo de las redes sociales. “Que nadie me busque allí porque nunca voy a estar. No soy nada buena con la tecnología y los teléfonos. A duras penas entiendo cómo funcionan los emails, así que la idea de tener redes sociales es algo que no se pasa por mi cabeza”, aseguraba entonces. Pero el año pasado cambió de idea y decidió entrar a ese espacio desconocido para ella. No obstante, cuando decide aparecer en su perfil de Twitter no es para promocionarse a sí misma sino por un causas como la denuncia del asesinato de Breonna Taylor, que murió víctima de un ataque policial en Louisville en marzo del 2020 sin que los agentes hayan sido detenidos.
Filmar y producir “Causeway”, la historia de una veterana de guerra que vive con PTSD mientras se recupera de una lesión cerebral, fue un cambio de ritmo para Lawrence. Se sintió atraída por el ritmo improvisado de la narración y agregó: “Me gusta una película de Marvel de ritmo rápido. Pero echo de menos la melodía lenta de una historia impulsada por los personajes”. Pero la atmósfera política y personal resultó en “el rodaje más duro” de la vida de Lawrence.
“Trabajé muy duro. Fue el rodaje más duro de mi vida. Fueron tres años”, dijo Lawrence. “Espero que la gente la vea. Pero si no, todos vamos a morir de todos modos, así que a quién le importa”.
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