La actriz Gina Lollobrigida, de 95 años, considerada un icono del cine italiano y una de las actrices más glamurosas de la época dorada de Hollywood, ha sido hospitalizada en Roma tras sufrir una caída en su domicilio, informaron hoy medios locales.
La diva italiana, que se presenta como senadora en las elecciones generales del próximo día 25, sufrió este sábado un percance domestico y aunque su estado no es preocupante, será sometida a una intervención quirúrgica programada para mañana, lunes, explicó su abogado, Antonio Ingroia.
Descrita como una leyenda del mundo del celuloide italiano y galardonada con un Globo de Oro en los años sesenta, Lollobrigida cumplió 95 de años en julio, pero conserva toda su energía, tanto como para intentar ser senadora en la próxima legislatura.
Se presenta como principal candidata en la circunscripción senatorial uninominal de Latina por el partido Italia Soberana y Popular, una nueva alianza política euroescéptica, que se opone al envío de armas a Ucrania y al “atlantismo belicista” y que está apoyada entre otras fuerzas por el Partido Comunista y por Patria Socialista.
”Mientras tenga energía, la utilizaré para cosas importantes, especialmente para mi país”, aseguró en una entrevista publicada recientemente en el diario “Corriere della Sera”, donde se mostraba “harta de escuchar a los políticos hablar sin llegar a soluciones”.
La protagonista de filmes como “Buona Sera, Mrs. Campbell” y “Mare matto” cuenta que tomó la decisión tras hablar con Antonio Ingroia, ex juez italiano, que también es periodista y el abogado personal de Lollobrigida, y movida por su máxima inspiración, Mahatma Gandhi, de quien alaba “su forma de hacer las cosas, la no violencia.
Lollobrigida ya probó suerte en el mundo de la política en los años 90, cuando se presentó al Parlamento Europeo de la mano de los demócratas de Romano Prodi, pero no fue elegida.
Los sondeos para las elecciones anticipadas del 25 de septiembre dan como favorita a la coalición conservadora formada por Forza Italia, de Silvio Berlusconi, y los ultraderechistas Hermanos de Italia, de Giorgia Meloni, y la Liga, de Matteo Salvini.
EL ESCÁNDALO PIAZOLLA
La estrella de El jorobado de Notre-Dame ha tenido una relación especial con Andrea Piazzola, de 34 años, durante varios años. Los dos son autoproclamados “amigos”, y ella lo nombró recientemente como su asistente y administrador de su fortuna de 40 millones de euros. De hecho, él mismo se mudó a su casa con su pareja y su hija, lo que enfureció a la familia de la italiana.
Andrea Piazzolla llegó a la vida de la diva cuando él tenía 24 años y ella 86. Pronto nació entre ambos una gran complicidad. Al inicio él fue su chofer y asistente y con el tiempo se convirtió en su confidente, hasta pasar a ser administrador de la inmensa fortuna que la actriz ha amasado a lo largo de más de cinco décadas de trabajo en el cine y la televisión en Italia y en Hollywood.
Reservado en la mayoría de ocasiones, Piazzolla trata de mantenerse lejos de los reflectores. Hace dos años fue papá de una niña a la que ha llamado Gina junior, en honor a la musa. En contadas ocasiones, aunque no lo hace desde hace tiempo, ha visitado los canales de televisión para defenderse y ofrecer su versión. En una de sus últimas apariciones públicas, Piazzolla señaló: “No quiero que Gina parezca una persona que no ha sido generosa con su familia. Milko es muy buena persona y no creo que nunca le haya interesado el dinero”.
El único hijo de la actriz, Milko Skofic, y su nieto, Dmitri, creen que Piazzolla apuntó a su dinero. En 2013 y 2018, Piazzola fue acusado de intentar vender arte y varios artículos de la casa de la Lollo en una subasta sin su conocimiento, por un valor aproximado de 300.000 euros. La familia de la estrella no dejó las cosas a su suerte y acusó a Piazzolla de engañar a una persona mayor con una ganancia económica.
El caso llegó a los tribunales, donde el hijo y el nieto de la consagrada diva pidieron la cesión de los derechos para administrar su propiedad, pero los jueces dictaminaron que Gina Lollobrigida, cuando cumplía sus 93 años, estaba segura y en plena capacidad de tomar decisiones independientes. Pero el caso alcanzó a la Corte Suprema, donde los jueces dictaminaron que no podía administrar su dinero.
(con información de EFE)
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