Ariadna Welter fue una de las actrices de la Época de Oro más queridas por el público y por sus colegas, por ello que su muerte perturbó a muchos cuando se dio a conocer el sufrimiento por el que atravesó la histrionisa durante sus últimos días de vida.
En 1930 nació Ariadna -o Ariadne, como en algunas ocasiones fue llamada- Welter, parte de una familia de la clase alta. Fue hermana de la también actriz Linda Christian. Ambas histrionisas llamaron la atención de los productores desde su juventud, pues las dos eran políglotas, eran apasionadas del cine y su belleza era incomparable.
A sus 19 años debutó en el séptimo arte con la película estadounidense Príncipe de los zorros, y aunque vio grandes oportunidades en Hollywood, decidió que catapultaría su fama en México.
Una vez que regresó a su tierra natal, cuatro años después, Emilio El Indio Fernández le ofreció un papel en su película La rebelión de los colgados, filme que le abrió completamente las puertas en la industria del cine mexicano y la llevó a tener su primer coprotagónico en Sombra verde.
A sus 23 años, Welter ya se había posicionado como una reconocida histrionisa en el espectáculo y hacía alrededor de tres películas al año.
Poco a poco su fama fue subiendo gracias a las películas que protagonizó junto a Abel Salazar, siendo la eterna novia del vampiro.
El vampiro, El ataúd del vampiro, Sombra verde y El barón del terror fueron algunas de las cintas más exitosas en las que estuvo Welter.
Ariadna no quiso encasillarse en el cine con un personaje, por lo que también probó suerte con las telenovelas, siendo Divorciadas su primer melodrama. En su incursión a la pantalla chica también tuvo buena recepción del público, por lo que participó en alrededor de 17 producciones de Telesistema Mexicano y Televisa.
Algunas de las telenovelas en las que participó fueron Las momias de Guanajuato, El extraño retorno de Diana Salazar, Mi querida Isabel y Sin ti, siendo esta la última producción en la que participó.
Lamentablemente, la carrera de Welter se detuvo abruptamente en julio de 1998, cuando apenas había cumplido 68 años y ya se había consagrado como una de las histrionisas más famosas de México, al descubrir que padecía una difícil enfermedad.
La actriz en un principio habría sido diagnosticada con hepatitis avanzada, la cual supuestamente le fue contagiada por una transfusión de sangre que le había realizado más de 10 años atrás.
Esta enfermedad habría agravado el estado de Welter de forma muy rápida, motivo por el que, tras una nueva revisión, le fue diagnosticado un cáncer que se encontraba en su etapa terminal, aunque también existe la versión de que no sufría de cáncer, sino de una grave cirrosis.
Debido a las condiciones en las que se encontraba la histrionisa, se tenía que actuar inmediatamente, en un intento de salvarle la vida, por lo que era necesario que recibiera un trasplante de hígado.
Lamentablemente, Ariadna Welter falleció a los seis meses de que le dieron su diagnóstico definitivo. Supuestamente, se encontraba esperando el trasplante de hígado cuando sufrió de un coma hepático que la llevó a la muerte.
El 13 de diciembre de 1998 la actriz se encontraba en su casa de Lomas de Chapultepec cuando falleció. Su cuerpo fue incinerado y sus restos fueron depositados en la tumba de su familia, en la iglesia de San Agustín en la Ciudad de México.
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