Carmen Ignarra fue considerada una de las actrices más bellas dentro del cine mexicano durante la Época de Oro, pero su triunfo en el país llegó sólo gracias a engaños, pues su carrera en tierras aztecas inició debido a que le mintieron para que se alejara de su país natal.
Carmita, como fue conocida por el público, nació en Cuba, donde desde pequeña mostró su gusto por las artes histriónicas, pues le gustaba asistir a las obras de teatro, por lo que sus padres apoyaron su vocación y la incitaron a tomar clases de actuación. Su camino a la fama inició a sus 16 años, cuando le ofrecieron grabar un disco con cuentos, en este ella hacía todos los personajes, mostrando su gran talento.
Ya que Ignarra no sólo contaba con una gran voz, sino también con una belleza única, cuando comenzó a actuar en diferentes filmes, llamó la atención de productores extranjeros, fue por ello que llegó a México con Ángel caído, una película que en parte se filmó en tierras aztecas.
El objetivo de la histrionisa era quedarse en su país, pues en éste su nombre comenzaba a tener relevancia y sabía que sería difícil obtener lo mismo en el extranjero; no obstante, llegó a su vida Santiago Reachi Fayad, uno de los empresarios más importantes del momento.
Santiago Reachi Fayad, de origen libanés, fue quien descubrió a Mario Moreno Cantinflas y era cercano a varios directores y productores mexicanos, por lo que le prometió a la joven Ignarra ayudarla a ser una exitosa actriz en México, pero a Carmita no la convencían sus palabras.
Pese a ello, el empresario la cortejó por varios meses en Cuba, hasta que le aseguró que tenía un papel seguro en una de las próximas producciones de Luis Buñuel, lo que le permitiría consagrarse como una gran actriz no sólo en México, sino a nivel internacional, pues eso era lo que el director español siempre lograba con sus películas durante la Época de Oro.
La joven no pudo dudar de esta oferta y finalmente aceptó viajar a México con Reachi Fayad a mediados de la década de los 40.
Una vez que se encontraba ya en el país, la situación de la actriz más bella de Cuba -como muchas veces fue llamada- parecía no prosperar, pues aunque estaba recibiendo diferentes ofertas de trabajo en cine y radio, pensaba que no podía aceptar por el proyecto que le esperaba con Buñuel.
Pasaron varios meses, en los que siempre estuvo acompañada del empresario, hasta que se dio cuenta de que ella no participaría en el filme que Santiago le había prometido.
Existieron dos versiones acerca de esta situación, pero ambas apuntan a que el culpable de que Carmita no hubiera triunfado junto a Luis Buñuel fue Santiago Reachi Fayad, quien para entonces ya era su esposo.
La primera, la que Ignarra aseguró que fue verdad, es que el magnate decidió por ella que no estaría en la película y que desde el principio ese era su fin al traerla a México, pues quería obligarla a dejar el mundo del espectáculo; la segunda, la cual fue difundida por la prensa de la época, es que, en realidad, la propuesta de que ella participara en dicha cinta nunca existió y Reachi Fayad sólo la orilló a que dejara su país para que se casara con él.
Pese a esto, Carmita decidió quedarse en el país porque no quería regresar a Cuba sin haber triunfado en México. Murió en Monterrey, donde vivió en una casona con su esposo.
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