Uno de los eventos más esperados en la socialité mexicana es sin lugar a duda la boda entre Paulina Pretelini, hija de Enrique Peña Nieto, y Fernando Tena. Pero, aunque todo pintaba de maravilla y aparentemente la pareja contraería nupcias en octubre de este año, los planes podrían haberse cancelado. Como si esto no fuera poco, el ex presidente de México estaría más que disgustado por los motivos que habrían llevado a los enamorados a aceptar esta decisión.
Fue el periodista político Alberto Tavira, quien desde su columna en El Independiente dio a conocer que supuestamente el cambio de planes en la boda de Paulina y Fernando tiene que ver con la investigación que la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF) está realizando en contra del priista por presunto lavado de dinero.
Asimismo, a esto se aunarían las recientes declaraciones que dio el mandatario Andrés Manuel López Obrador el pasado 7 de julio durante su conferencia matutina en Palacio Nacional. Y es que, aunque el actual presidente aseguró que no existe una persecución política en contra de EPN, destacó que si las dependencias encargadas encuentran irregularidades en las indagatorias, sí se deberá proceder como es debido.
Esto lo va a resolver un juez y en primera instancia el ministerio público, ese es el procedimiento. No vamos a estar persiguiendo a nadie, pero si la fiscalía, con elementos y pruebas demuestran que hay hechos ilícitos, se tiene que consignar a un juez y abrir un proceso.
Es ante esta situación que Tavira mencionó que, a partir de ese momento, una ola de controversia en el interior de la familia de Peña Nieto comenzó y algunos de los primeros afectados fueron los futuros esposos.
“Luego de que el ex Primer Mandatario hizo público su posicionamiento llegó el primer aviso a los futuros esposos de posponer la boda. Con la cara desencajada como quien pierde un seguidor en TikTok, Paulina y Fernando fueron avisando a los suyos, a quienes les pidieron absoluta discreción. Y se logró el hermetismo más que por lealtad por miedo de los convidados, quienes acababan de ser testigos que la tregua entre Peña Nieto y López Obrador había llegado a su fecha de caducidad”, destacó el periodista.
Asimismo, la estrategia por la que habría optado la Dinastía Peña para evitar el escándalo aparentemente se basó en no posicionarse al respecto y fingir que los planes de la celebración nupcial continuaban su curso. Por ello, Paulina habría continuado festejando sus despedidas de soltera y mostrando en sus redes sociales que todo iba mejor que nunca.
“Las versiones de mis fuentes se dividen en dos vertientes: la primera asegura que ha habido más de dos ocasiones en las que se pospone la boda y, la otra parte, que solo dos cancelaciones. En esta última me aseguran que se les avisó a los invitados antes de la detención del ex Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam”, escribió Tavira en su columna.
Según el especialista político, sus fuentes le dieron indicios de que podrían existir dos motivos por los cuales se decidió cancelar la boda de Paulina y Fernando. La primera sería que fue “el mismo cuarto de guerra” de Enrique Peña Nieto quien tomó la decisión con la finalidad de que no se vulnerara la seguridad del expresidente.
Mientras que el segundo indicaría que “un importante representante del gobierno federal en turno habría hablado con un cercano a Peña Nieto para dar ‘el consejo, de cuates’ (con tono amenazador) de posponer el enlace hasta nuevo aviso”.
Cabe señalar que hasta el momento, ni Pretelini, su prometido o Enrique Peña Nieto han emitido alguna declaración al respecto para confirmar o desmentir si los planes de la boda se vieron afectados.
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