Aunque en la actualidad los melodramas han perdido gran parte de la popularidad que tenían en el pasado por diversos motivos, como una falta de contenido original y los constantes refritos, así como la llegada de las series vía streaming, más de una telenovela mexicana triunfó gracias a que sus protagonistas o parte del elenco actuaban llorando de excelente manera, siendo las “lágrimas de cocodrilo” la clave del éxito.
En el marco del Día Nacional del Cocodrilo, aquí te presentamos algunos de los productos del género rosa más populares en la historia de la televisión en México y cómo fue que un simple mito no solo dio origen a una especial y popular frase, sino también a todo una técnica de actuación y herramienta constante en las producciones mexicanas que por años han sido el producto cultural más exportado, siendo un referente directo de la tierra Azteca.
Por qué en México usamos la frase “lágrimas de cocodrilo”
La expresión surgió siglos atrás, la referencia más antigua es del siglo XIII, cuando el monje Bartholomaeus de Glanville escribió que estos animales atacaban hombres a la orilla de los ríos, pero que no los devoraban inmediatamente, pues primero “lloraban” sobre ellos. Aunque con el paso del tiempo se fueron modificando las versiones, el mito siguió presente al grado de que se transformó en una forma asociada de decir que alguien era “falso”, más cuando su llanto era considerado como fingido.
Actualmente ha quedado más que comprobado que dichos reptiles sí excretan lágrimas antes, durante y después de comer, teniendo una importante razón: de acuerdo con una infografía del Departamento de Divulgación de la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los temidos animales de río lo hacen para deshacerse del exceso de agua.
Las “lágrimas de cocodrilo”: una herramienta muy recurrida en el mundo de las telenovelas
El drama es el factor esencial en el referente cultural mexicano, de ello que en diversas partes del mundo consideran a los mexicanos como personas sumamente pasionales y aunque esto puede ser más que una realidad -comprobado científicamente y visto socialmente-, tener a Victoria Ruffo protagonizando una novela que incluso lleva la palabra en su título -Corona de lágrimas- y haciendo uso de dicha herramienta es solo una pequeña muestra de su éxito.
La madre de José Eduardo Derbez gracias a este método se ha consagrado como La Reina de las Telenovelas, pues sus actuaciones en proyectos como La Madrastra, Triunfo del amor, Vivo por Elena, Simplemente María y posiblemente en la continuación, próxima a estrenarse, de Corona de Lágrimas 2 son muestra de que las lágrimas de cocodrilo son esenciales.
Aunque en el anterior ejemplo no se hace una alusión a la falsedad, la mayor parte de las grandes villanas de telenovelas si han hecho uso de ese sentido, pues de ahí que la mayoría pudiera salirse con la suya en cada una de sus fechorías dentro de las historias, ya que el llanto fingido siempre las salvaba.
Quién podría olvidar la cantidad de veces que Rubí (2004, por Bárbara Mori) despistó a todos de sus malas intenciones gracias a un llanto fingido.
La ocasión en que María Paula (Lucero en Lazos de Amor de 1995) recurrió a ello para quedarse con la herencia de sus padres sobre el derecho de sus otras hermanas trillizas.
Paola Bracho (Gaby Spanic) usurpando a su hermana gemela gracias a las lágrimas.
Soraya Montenegro (Itatí Cantoral) haciéndole la vida posible a Thalía y Fernando Colunga dentro del melodrama María, la del barrio.
O cerrando con la más grande dentro del género, Catalina Creel en Cuna de Lobos (María Rubio), haciéndolo con solo un ojo, pues el otro falsamente lo había perdido.
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