El gremio actoral mexicano está de luto: la primera actriz Anabel Gutiérrez falleció a sus 89 años de edad en el estado de Puebla, a solo unos días de cumplir 90, pues su cumpleaños iba a ser el próximo 5 de septiembre. Aunque aún no se han dado a conocer las causas de su deceso, su nombre y su triunfal paso por el Cine de Oro se han convertido en tendencia en redes sociales.
Su sobrino, el periodista José Luis Arévalo, fue uno de los primeros en dar a conocer la noticia mediante sus redes sociales. “Seis horas después de despedirnos y de haber recibido su bendición, falleció la noche de este domingo mi adorada tía Anabel Gutiérrez. QEPD… siempre te recordaré!”, dijo en su mensaje en Twitter. A su información se le ha sumado la de Joaquín López-Dóriga y Televisa Espectáculos, empresa con la que trabajó en su trayectoria por la televisión abierta.
Tras la lamentable noticia, algunos de sus títulos más reconocidos en el cine nacional han comenzado a obtener gran popularidad e interés, por lo que aquí te presentamos sus interpretaciones más destacadas durante la época dorada del séptimo arte mexicano, su gran faceta como actriz de telenovelas y su poco conocido trabajo por programas de entretenimiento.
Su debut y el rápido crecimiento en el mundo actoral
Nacida el 5 de septiembre de 1931 en la Ciudad de México, Anabelle Rafaela Gutiérrez Aicua -el cual era su nombre no artístico- creció entre un ambiente de grandes intérpretes, pues su familia se dedicaba al teatro: su padre era actor, su madre bailarina, su abuelo materno era actor cómico, su abuela materna cupletista, su abuelo paterno Miguel Gutiérrez, era empresario y su abuela paterna Soledad Goizueta, era cantante de ópera, según la misma actriz en el año 2019 para el programa 24 X Segundo.
Con esos antecedentes, no fue extraño que desde muy corta edad presentó un gran interés por realizar papeles dentro del negocio familiar o fuera de él. Por lo que para 1949, con tan solo 18 años de edad, ya había sido apadrinada por grandes leyendas que se encontraban siendo los máximos exponentes del Cine de Oro mexicano: Domingo Soler, Julián Soler, Fernando Soler, Andrés Soler, Sara García, Joaquín Pardavé y Joaquín Cordero.
El diablo no es tan diablo fue su debut y desde entonces no paró, pues solo un año después (1950) realizó tres proyectos más: Al son del mambo, dirigida por Chano Urueta y protagonizada por Amalia Aguilar y Adalberto Martínez Resortes, Azahares para tu boda, donde dio vida a Margarita y que contó con la participación de la también llamada La Abuelita del cine nacional y la ahora primera actriz Silvia Pinal, así como La liga de las muchachas.
Pedro Infante, Miroslava y Germán Valdés Tintán a su lista de compañeros
A pesar de que realizó 30 producciones cinematográficas, parte de su gran consolación como actriz del Cine de Oro mexicano se debe a proyectos como Escuela de vagabundos, que le permitió trabajar con otras leyendas, pues en 1955 protagonizada por Pedro Infante y Miroslava Stern bajo la dirección de Rogelio A. González.
Este proyecto le permitió obtener uno de los reconocimientos más importantes que cualquier actor nacido en México o latino desea obtener en su vida: un Premio Ariel. La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) le otorgó el codiciado triunfo en la categoría “Mejor actuación juvenil”, aunque su compañera Blanca de Castejón también se llevó uno por “Mejor co-actuación femenina”.
Las aventuras de Pito Pérez fue otro exitoso proyecto en su trayectoria, donde compartió créditos con Germán Valdés Tintán, Marcelo Chávez y Andrés Soler. Sin embargo, el cine no lo fue todo en su currículum, pues años más tarde se mudaría a la pantalla chica de la mano de a Telesistema Mexicano -hoy Televisa Univision- realizando 9 telenovelas, entre las que destacan Primer amor... a 1000 x hora -con Anahí-, Lola, érase una vez -con Eiza González- o ¡Vivan los niños! - con Andrea Legarreta-.
También participó en exitosos programas unitarios como Mujer, casos de la vida real y tuvo un polémico paso por proyectos a cargo de Chespirito, pues años más tarde narró las dificultades que presentó al darle vida a Doña Espotaverderona y, por lo tanto, trabajar con Florinda Meza.
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